miércoles, 26 de noviembre de 2008

Del rojo al morado

Ayer se celebró en el Ruiz Tatay “El Día contra la Violencia de Género”, un acto emotivo, que puso el cierre a las Jornadas por la Igualdad que se vienen desarrollando durante todo el mes de noviembre. Los asistentes participaron de una conferencia distendida donde se repasó, de forma concisa, los distintos tipos de violencia y discriminaciones que existen hacia la mujer.

Por cada vela encendida una muerte, una agresión; por cada lazo blanco una vida salvada, una esperanza. Estas consignas se antepusieron al acto mientras que los asistentes fueron llegando al hall del teatro zalameño. Abrió el turno de palabras Pilar Mora, Concejala de Bienestar Social, para leer un comunicado elaborado por el PSOE, donde se destacaban las políticas elaboradas en materia de igualdad para recuperar una ciudadanía libre y en defensa de las mujeres maltratadas. Por otra parte, Pilar también defendió y homenajeó a esas personas anónimas que tanto hacen en defensa de la mujer, “unos tienen nombre y apellidos, como Jesús Neira, de otros no tenemos nombre, pero sabemos que están entre nosotros”.

Marisa Domínguez, Presidenta de “Ilusión y Realidades”, tomó la palabra para presentar a Loli Torres, integrante de la asociación y elegida para cerrar el ciclo de conferencias. Loli comenzó hablando de el significado que tenía la celebración, “Con este día se pretende reflexionar acerca de las diferentes formas de violencia que sufren las mujeres en todo el mundo. La elección de esta fecha no responde a un hecho casual sino que el 25 de noviembre de 1960, se llevó a cabo un brutal asesinato en la República Dominicana”. Loli hacía referencia a cuando en la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, se opusieron a un sistema que coartaba las libertades y militaron en una célula del ‘Movimiento 14 de Junio’, una organización formada por jóvenes intelectuales que luchaban por una patria libre. Estas jóvenes fueron asesinadas y se convirtieron en mártires para el movimiento feminista.










Pero la charla de ayer invitaba a ser distinta, el tema a tratar incumbía de forma directa o indirecta a todas las personas que estaban en la sala; se intimaba a debatir una cuestión candente. Son muchas personas las que padecen, según Loli “una lacra que está instaurada en la sociedad”. La violencia puede estar expuesta de muchas maneras, no hay que quedarse sólo con la que nos muestran los medios de comunicación tan a menudo. Las mujeres sufren otro tipo de discriminación mucho más habitual, y se da, tristemente, en los hogares. Así lo representaron miembros de Ilusión y Realidades con fragmentos de diálogos entre parejas, donde se reflejaban conversaciones entre matrimonios.

- He quedado con mis amigas para tomar un cafelito, ¿te quedas con los niños?

- María sabes que es la hora a la que salgo yo, así que llama y diles que no puedes ir.


Loli contó que el comienzo empieza en el noviazgo cuando se empieza a controlar la forma de vestir de la pareja, se limitan las compañías o aparecen los celos incontrolables y desmesurados. El perfil más común, según Loli, es el de “un varón anquilosado en el pasado con costumbres arraigadas de otros tiempos”. Se debatió abiertamente en la sala sobre el papel de la persona agredida, y se expusieron los motivos por los que, en algunos casos, no abandonaba al agresor. La ausencia de recursos económicos, los hijos, el autoestima, el miedo físico o estar mal visto por la sociedad; fueron algunos ejemplos que pusieron desde la sala. Para solucionar este tipo de inconvenientes, Loli significo la figura de los asistentes/as; “las personas que atienden a las maltratadas tienen que tener una buena preparación”, concluyó.

Para finalizar el acto, Marisa Domínguez narró un cuento titulado ‘Historia de una mujer maltratada: del rojo al morado’, que emocionó de sobremanera a la sala. En la despedida se agasajó a los asistentes con un café y dulces.