La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica a llevado a cabo en el día de hoy exhumación en una fosa común del cementerio de Calañas, pese a la paralización de la Audiencia Nacional al juez Garzón_ La de Calañas estaba prevista con anterioridad.
El Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional acordó ayer por diez votos contra cinco paralizar la exhumación de todas las fosas comunes de la Guerra Civil autorizadas por el juez Baltasar Garzón, incluida la que alberga los restos del poeta Federico García Lorca. Los magistrados adoptaron esta decisión con carácter "cautelarísimo" a petición de la Fiscalía y ordenan al Juzgado Central de Instrucción número 5 que "paralice todas las actuaciones" acordadas por Garzón y que en Huelva afectaba a las fosas comunes de La Palma del Condado, Bonares y Niebla. El Ministerio Fiscal había planteado una cuestión de incompetencia de Garzón aún no resuelta.
Sin embargo, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha realizado hoy en Calañas la exhumación de una fosa común en el cementerio, en la que se prevé encontrar los restos de trece vecinos de El Cerro de Andévalo que fueron fusilados. Un trabajo documentado a raíz de las investigaciones realizadas por Francisco Javier González Troncoso.
La ARMH ha comenzado los trabajos a las nueve de la mañana y entiende que la paralización de las exhumaciones anunciada ayer por la Audiencia Nacional solo afecta a las autorizadas por Garzón, y Calañas no está entre ellas porque estaba prevista con anterioridad.
El presidente de la andaluza Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Rafael López, asegura que los familiares de las víctimas enterradas en la fosa calañesa han dado su autorización, se realizó un proyecto global de exhumación y cuenta con el permiso municipal, de quien depende la normativa mortuoria en este caso. Rafael López indicó que "es de justicia dar un enterramiento digno a estas personas fusiladas por el simple hecho de defender sus ideas".
La mayoría de los fusilados eran campesinos y están identificados en los archivos locales. La exhumación aclarará las condiciones en las que murieron, si tienen agujeros de bala, fueron torturados y hasta su posición. Sus restos se meten en unas cajas para posteriormente ser identificados, entregados a sus familias y darles una sepultura digna.