martes, 10 de marzo de 2015

Ermita del Santo Sepulcro

En un tiempo fue una de las ermitas extramuros de la villa de Zalamea. Fue mandada construir por el Sr. Gabriel Alejandro Sanz, en 1776, hermano del contador de las Minas de Rio Tinto, a sus expensas, y también con la ayuda económica del pueblo.

Para su construcción tuvo en cuenta cómo estaban situados los distintos Lugares Sagrados en Jerusalén. De esta forma, como en el montículo de “El Cabecito de Los Paños” (ejido comunal) estaban situados los lugares de, El Enclavamiento en su base, de la parte este, y El Calvario en su cúspide, donde terminaba en un principio La Vía Sacra. Desde él volvían los hombres rezando el Santo Rosario hasta la Iglesia Parroquial, de donde había partido antes. Por ello el Sr. Sanz mandó construir la ermita de El Santo Sepulcro en la parte oeste del montículo, tal como están los Santos Lugares.

Al existir ya la ermita se depósito en 1777 el Cristo Yacente, que fue destruido en el incendio de 1936, y se instituyó la décima quinta estación. El Cristo actual es obra del escultor Rafael Barbero realizado en los años 40 en pasta y madera. La estructura de la urna fue ejecutada por un carpintero de la localidad el señor José Gómez y la talla la hizo “Juan el tallista” en el taller de Vicente Lancha, en Zalamea.

Para su subsistencia creó un Patronato, en el que estuvo también implicada su esposa aportando parte de su patrimonio, fincas y otras propiedades. 
Le fue concedido el privilegio de oír misa en el lado del Evangelio, colocar su escudo con sus armas y poder ser sepultado en la ermita, si ese era su deseo.

El Santo Sepulcro es el final de la Vía Sacra. La Vía Sacra es un Vía Crucis por la calle que en la noche del Viernes Santo congrega a los hombres, al toque de trompeta (en otro tiempo cuerna) y esquila en la puerta Sur de la Iglesia Parroquial y recorre las quince estaciones con unos cánticos especiales y únicos, y unas lecturas especiales para el pueblo de Zalamea que el pueblo canta al unísono después de haberlas leído el lector. En otros tiempos estas canciones se cantaban a dúo, dividiéndose los hombres según su posibilidad en la tesitura musical.
A lo largo de un kilómetro aproximadamente, más o menos el recorrido que Jesús hizo desde la casa de Pilatos hasta El Gólgota se encuentran adosadas a la pared de algunas casas las estaciones del Vía Crucis, exceptuando las dos que hay en el Calvario, y la que se encuentra en el Santo Sepulcro, dentro, que es la número quince y representa la resurrección de Jesús.

Como seña de identidad hay que destacar el que a esta Vía Sacra tan solo pueden asistir los hombres, al decir hombres se ha de entender que se refiere al sexo masculino. A pesar de los tiempos que corren las mujeres siguen respetando una tradición tan hermosa llena de rancio sabor religioso equiparable a la Edad Media, y acude, especialmente, la gente joven, a besar el Cristo Yacente cuando los hombres se han retirado de El Sepulcro. Los zalameños gozamos de algo que no pudieron gozar las Santas mujeres, ver a Cristo en su sepulcro antes de la resurrección.

Pastor Cornejo, en colaboración con Amigos del Patrimonio de Zalamea la Real.

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