lunes, 23 de marzo de 2015

De frente y por derecho

Conmovedora y elocuente oratoria la de Javier Lancha Vázquez este domingo para proclamar la Semana Santa 2015 en Zalamea la Real; un Pregón sublime de principio a fin para conectar con el zalameño más cofrade.

La Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción, llena en su capacidad, fue confidente del sentimiento más puro, para indagar en la pasión, el anhelo, la lujuria y en los miedos más profundos que alberga un corazón; una de esas acciones colmadas de humanidad y que sirven para mostrarnos en plenitud con nosotros mismos y con los que nos rodean.

Javier, de la mano de su padre y rodeado de toda su familia quiso mostrarnos su amor por las tradiciones zalameñas y la pasión que siente por la Semana Santa en general. De sus primeras vivencias en el Barrio de la Macarena, su vocación por ser costalero, a su experiencia como capataz del “Señor de Zalamea” en su pueblo.









Si anteriormente decíamos que su familia había estado presente en todos los apartados de su proclama, tendríamos que detenernos para hablar de su otra familia; esa que nació en las trabajaderas y que vino a significar la “Cuadrilla del Arte” como él mismo calificó. Javier no quiso desaprovechar la oportunidad para, desde el atril, con costal y llamador a la vera, sacar a su cuadrilla a la calle para hacer una levantá sincera y de verdad. Corazones en un puño para imaginar ese Nazareno andando de frente bajo la voz inconfundible de uno de los capataces más significativos de nuestra Semana de Pasión.

Para ordenar tanto sentimiento y emociones encontradas bajo esas vivencias que ahora quedan en recuerdos irrepetibles, Javier alzó la voz para advertir que la juventud juega un papel muy importante y que debe tener las puertas abiertas para que participen activamente en las actividades que se generen; tanto a la hora de hacer pueblo como Hermandad.

Javier dio uno de esos pregones que quedan para el recuerdo, tanto por el mensaje sincero, como por el canto que le proclamó a los Titulares de su hermandad; una descripción preciosista llena de sonidos e imágenes ensoñadas una y mil veces por los cofrades zalemeños.