lunes, 12 de octubre de 2009

Él, siendo ya un hombre adulto, supo del descubrimiento de Colón

La música y el Ruiz Tatay abrieron esta mañana los actos en honor al Acebuche Milenario, donde se congregaron numerosas personas para presenciar un concierto extraordinario bajo la batuta de 7 directores distintos. La Banda Municipal de Punta Umbría nos deleitó con los pasodobles de la comarca y el de su localidad costera, para terminar con la composición dedicada al Acebuche Milenario, posiblemente el primer pasodoble dedicado a un árbol.

Magnífica interpretación de la Banda de Punta Umbría, que esta mañana ha dejado muestras de la musicalidad que respira esta joven formación musical de la provincia. En este caso han estado dirigidas por 7 directores distintos, lo que ha propiciado que el concierto consiguiera ornamentarse con el espíritu de avenencia que reinaba en el ambiente para homenajear un Monumento Natural que ha convivido con numerosísimas culturas. El numeroso público asistente a la sala ovacionó de forma prolongada la interpretación de los pasodobles seleccionados para el evento. A destacar la importancia de la presencia de, el Delegado de Medio Ambiente, Juan Manuel López, que estuvo acompañado en todo momento por Vicente Zarza como Alcalde, y Mª Ángeles Pascual y Pilar Mora como Concejalas del Ayuntamiento.







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El acto organizado conjuntamente por el Área de Cultura del Ayuntamiento y por la Asociación “Amigos del Árbol”, ha contado también con la colaboración de la Hermandad de San Pedro y la Cruz de Marigenta, así como de la Diputación Provincial de Huelva.

Una vez concluido el acto del Ruiz Tatay, la comitiva se desplazó al Acebuche Milenario para celebrar a sus pies la fiesta de convivencia. Los chicos y chicas del módulo de cocina del Taller de Empleo ‘Odiel’ de Campofrío, fueron los encargados de elaborar una rica paella.

Como cada año, los vecinos de Marigenta, agrupados en la asociación “Amigos del Árbol” y la Hermandad de San Pedro y la Cruz, dispusieron a todos los asistentes comidas y bebidas. Con ellos quisimos estar al final, justo al atardecer para que nos transmitieran su satisfacción ,un año más, por haber conseguido que el árbol tenga su merecido homenaje; y quién sabe si algo más.

Bajo estas líneas dos momentos de la fiesta. La guitarra y el cante tomaron el protagonismo para amenizar la velada. A la derecha un grupo de zalameños terminan el almuerzo junto al charré que los llevó a la finca El Espinillo desde Zalamea para participar en la jornada.