Mis manos son pequeñas, por favor no esperéis perfección cuando tiendo la cama, hago un dibujo, o lanzo la pelota. Mis piernas son pequeñas, por favor, caminad más lentamente para que pueda ir junto a vosotros.
Mis ojos no han visto el mundo como lo habéis visto vosotros, por favor dejadme explorarlo, no me limitéis innecesariamente.
El trabajo siempre estará allí, pero yo seré pequeño sólo por un corto tiempo, por favor tened paciencia para explicarme las cosas maravillosas de este mundo y hacedlo con alegría.
Mis sentimientos son frágiles, os pido por favor que estéis pendiente de mis necesidades, no me regañéis todo el día, a vosotros no os gustaría que os lo hicieran. Tratadme como os gustaría ser tratados.
Soy un regalo especial de la Naturaleza, por favor atesórame respetando mis acciones, dándome principios y valores con los cuales vivir, y enseñándome amorosamente.
Necesito vuestro apoyo y entusiasmo, y no críticas para crecer. Por favor no seáis tan estrictos, recordad: podéis ser críticos con las cosas que hago sin criticarme a mí.
Por favor, dadme libertad para tomar mis propias decisiones. Permitidme que me equivoque para que pueda aprender de mis errores. Así algún día, estaré preparado para tomar las decisiones que la vida requiere de mí.
Por favor, no lo hagáis todo vosotros. Eso me hace sentir que mis esfuerzos no cumplieron con vuestras expectativas.
Yo sé que es difícil, pero dejad de compararme con mis hermanos, yo soy yo.
No temáis alejaros de mí por un corto tiempo. Los niños necesitamos vacaciones de los padres, así como los padres necesitan vacaciones de sus hijos.
Dadme ejemplos de vida solidaria para que, en mi futuro, pueda disfrutar luchando por un mundo donde no haya explotados ni explotadores. Muchas gracias de vuestro hijo Pepito.
La Voz de Zalamea
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