sábado, 10 de enero de 2015

EMPATÍA ¿Dónde estás?

Para poder ubicarnos y saber de qué estamos, vamos a definir la palabra “empatía”; por así decirlo, se trata de la capacidad que tenemos para ponernos en el lugar de otra persona. Es decir, cuando una persona se encuentra en un momento sentimental delicado, cuando le dan una mala noticia a alguien que se encuentra cerca de nosotros, cuando nos encontramos por la calle a un vagabundo y nos pide dinero para poder comer, todos estos son ejemplos en los que podemos entender mejor que significa la palabra que hemos intentado definir antes.

Algunos de los síntomas o consecuencias de ver o escuchar situaciones similares a los ejemplos anteriores es, saber qué puede estar sintiendo esa persona, pensar en sí yo fuera ella cómo estaría o cómo actuaría, qué puede estar pensando en ese momento, etc. Estos son algunas de las manifestaciones que nos indican que podemos ser empáticos o no.

Las personas con mayor capacidad empática son las que mejor saben entender, “leer”, y/o estudiar a los demás. Son personas muy observadoras, que simplemente los gestos de la cara, la manera de movernos puede dar información muy importante. Son personas que sin decirles nada, si te conocen y te encuentras mal pueden saber qué te pasa algo aunque lo quieras ocultar. Intentan conocer o comprender qué es lo que te ocurre sin necesidad de que se lo pidas.

Pero no solo son en los momentos malos en los que podemos sentir empatía o ser empáticos, también es necesario practicar o entrenar la empatía cuando una persona cercana a nosotros ha recibido una muy buena noticia. Como un nuevo puesto de trabajo después de muchos meses de paro, de un compromiso de boda, de que le toque la lotería, etc… tantos buenos momentos como los que queráis imaginaros, pero seguro que siempre que pensáis en cosas o en  situaciones buenas, nos imaginamos a nosotros mismos y no a otra persona. La capacidad de superación de ser mejor, de éxito en la vida o de avaricia, hace que la empatía se convierta en envidia, coraje, indignación, rabia, etc. Todo aquello que se puede llegar a sentir cuando darías lo que fuera para ser tú la que estuviera en su lugar. 

Esto le suele ocurrir a personas que su ego, o su alta autoestima (aunque la mayoría de las veces enmascarada), no les deja ver que los que les rodean son también personas humanas al igual que él o ella y que tienen los mismos derechos. 

Hemos perdido el concepto persona, la amabilidad, las buenas maneras, la humanidad, el compartir los buenos momentos de los demás como si fueran también nuestros, porque al mismo tiempo también recibiré la recompensa de una felicidad aunque sea momentánea y que dejamos pasar por fijar objetivos a largo plazo. Vive las sensaciones que se dan en ese instante, en este mismo instante por muy simples que sea, ahora mismo seguro que tienes que dar gracias por algo. 
Hemos acabado centrándonos en lo que no tenemos, dejando pasar lo que ya tenemos y que en algún momento nos costó mucho conseguir, sin tener en cuenta que podemos seguramente perderlo aún. Nada es seguro, nada es estable y damos por hecho de que sí que lo es. Lo que hemos ganado hasta el día de hoy, una pareja, un trabajo, unos amigos, incluso podemos añadir cosas materiales como un coche, todo…, todo ello, sino lo cuidamos como el primer día, todo ello podría esfumarse. 
Pero ¡¡¡¡¿qué es lo qué pasa?!!!! ¿Qué nos pasa? Que olvidamos ser empáticos, olvidamos que la persona que está a nuestro lado, puede haberse sentido mal por un mal gesto, por una mala palabra que ha salido de nuestra boca aunque sin mala intención, quizás por un mal día pero eso no es excusa, espabila!!! Que tu amigo, pareja, madre o padre, o quien sea…, se siente mal o no te das cuenta?? ¿Acaso cuando a ti pagan con la misma moneda, o recibes lo mismo no pides un lo siento? ¿O una simple frase que te haga sentir mejor? ¿O solo tú te mereces ese perdón y las demás personas no? Eso significa ser empático, las demás personas se merecen lo mismo que tú aspiras, lo mismo que tú quieres, lo mismo que echas de menos, lo que tú sientes cuando has perdido a un ser querido, lo mismo que se te pasa por esa cabecita, lo mismo… también le sucede a las personas que están a tu alrededor.

Cuando te equivocas y haces daño sin querer, a los demás también les sucede lo mismo pero, ¿por qué los demás lo hacen con mala intención y casualmente yo nunca? No seas tan mal pensado, quizás la otra persona esté hecha pedazos y no sepa cómo decírtelo.
No todo el mundo tiene la misma capacidad de comprensión, de resolver los problemas, de pedir perdón pero si tú si la tienes, si tú te ves capaz de avanzar y ayudar a los demás, no te quedes parado, podrías ser un gran ejemplo para alguien.

¡Sentir! ¡Sentir! ¡Llorar! ¡Reír!, estamos convirtiéndonos en máquinas, en seres sin sentimientos, solo nos encargamos de tener de todo, y aún más triste, tener más que nadie, lo mejor de lo mejor y así, de esta manera conseguiré cubrir carencias afectivas o cualquier otra problema que sea el que tengamos. Es mucho más fácil hacer como si no pasara nada, de cara a los demás, enseñando lo que tenemos con cosas materiales, que abrir nuestra mente y mostrar todos los miedos, todos nuestros errores, todos nuestros defectos, es mucho más fácil, eso por lo menos es lo que parece… aunque en el fondo sabemos que no es así. 

Mejor que nosotros, sabemos qué es lo que nos pasa pero claro, el cerebro no se ve a simple vista y podemos esconderlo, pero tened en cuenta, podréis esconderlo por un corto periodo de tiempo porque de una manera u otra, os pasará factura en el futuro y quizás ya sea tarde. No pierdas el tiempo, como siempre digo…, es lo único que no vuelve.

Recuerda, si tienes miedo a ser tú, a mostrarte como de verdad te gustaría, hacer lo que te gusta, llorar con un amigo, reír con tu pareja en vez de estar discutiendo, ¡hazlo! ¡Se tú! Seguro que habrá alguien observándote, una persona empática, que te entenderá y que te copiará. Todos pensamos igual, recuérdalo, todos tenemos ese mismo miedo de qué pensarán los demás, estamos hechos de la misma materia, nadie es más que nadie ni nadie tiene más que nadie, porque simplemente la vida se compone de risas, llantos, cariño, amor o dime la verdad, ¿De qué es de lo que te acuerdas, ¿O qué es lo que pides cuando te encuentras solo y triste? Sabemos que lo material se olvida, que lo que de verdad queda en el recuerda son las emociones que nos hicieron sentir en un momento de nuestra vida.

Yo estoy cansada de no ser yo, ¿y tú? Vive los malos momentos, disfruta de la tristeza que no es tan mala como parece porque sin los malos momentos no existirían los buenos. Sigue siendo humano, porque llegará el día en el que te sentirás orgulloso u orgullosa de ello.
Un saludo a todos y espero que el comienzo de año haya sido genial, aunque dicen que los comienzos no importan, porque el final sólo depende de ti. 
Y por último, cómo toque final a este escrito, os dejo un enlace de un video, muy muy cortito en el que podréis observar mejor de qué trata la empatía y de cómo la sociedad nos está haciendo lo que antes os dije, máquinas. 


Un saludo fuerte, Patricia.

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