viernes, 6 de febrero de 2009

La casa del peón caminero

En los últimos meses estamos asistiendo en nuestro pueblo a una polémica que algunos quieren llevar hasta la división o enfrentamiento; ahora que más que nunca necesitamos la unión de fuerzas y esfuerzos. Por un lado, los que están a favor del Centro de Conservación de Carreteras (C.C.C.), y, por otro, los que están en contra de la construcción de la “Nave” en la carretera de Calañas.

Veo en esto un acto de salud democrática y de pluralidad de nuestro pueblo. Discrepar no es malo pero argumentar es mucho mejor. Oponerse es legítimo, pero a quién compete tomar la decisión es al actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Zalamea la Real. Y son ellos los más decidido en acertar y su Alcalde al frente, porque dentro de 2 años y medio volverán a pedir la confianza del pueblo de Zalamea. La grandeza de la democracia es que pone y quita sin más criterio ni justificación que la santa voluntad popular y algunos parecen que aún no han digerido el último resultado electoral.
Entremos en materia.
1. Hay una sola cuestión en la que todos debemos estar de acuerdo, los a favor y los en contra. La construcción debe ser legal, acorde a la vigente legislación urbanística. Aquí no caben diferencias y me consta que el primer interesado es el Ayuntamiento, y, el segundo, la Consejería de Obras Públicas y Transportes, o al revés, da lo mismo.
En este aspecto es de aplicación la vigente Ley de Carreteras de Andalucia, Ley 8/2001 de 12 de Julio (BOJA núm. 85 de 26 de Julio) y lo dispuesto en su Capitulo III, artículos 39.1 y 40.6:

Articulo 39. Obras de interés general.
1. Las obras de carreteras y de las instalaciones dedicadas a la conservación del dominio público viario, que se regulan en la presente Ley, tienen el carácter de obras publicas de interés general y no están sometidas a licencia urbanística, ni a otros actos de control preventivo que establece la legislación de régimen local, sin perjuicio de los recursos que quepa interponer y del deber de informar al municipio afectado, previamente al inicio de las obras.
Articulo 40. Ejecución de las obras.
6. La ejecución de las actuaciones de carreteras que regula la presente Ley no podrá ser objeto de suspensión cautelar, salvo la que se acuerde en un procedimiento de revisión de actos en vía administrativa y sin perjuicio de las derivadas de actuaciones judiciales.

Esta ley como tantas otras no nos puede gustar, pero mientras se cambia o deroga, es de obligado cumplimiento. Por tanto, la construcción del C.C.C. en la Florida cumple todos los requisitos legales a ser una obra declarada de interés general.
No es, por consiguiente, una cuestión de legalidad. Asunto zanjado

2. ¿Se podría construir en otro lugar? Por supuesto. ¿Donde? ¿En el Polígono Industrial de EL Tejarejo?. No y me explico. Esta construcción absolutamente necesaria para la conservación y mantenimiento de la red viaria debe estar a pié de una carretera de titularidad autonómica. Nuestro polígono esta a pié de una Carretera Nacional de la Red del Estado, la Nacional N-435. Opción inviable.

A la Junta de Andalucía solo le cabe la opción de ambos lados de la carretera que va hacia el Villar, la Autonómica A-478. Y en este sentido los argumentos paisajísticos y medioambientales esgrimidos para rechazar la actual situación, serían iguales de válidos para cualquier otra ubicación en la citada carretera. Con total seguridad, en cualquier otro lugar tendría que desaparecer masa arbórea protegida, en la Florida, no. Desde este punto de vista el sitio elegido es el que menos agresión medioambiental presenta.

3. Queda sólo una cuestión de estética. ¿Y el chalet aledaño no contamina visualmente la vista de nuestro pueblo?. A mi, personalmente, creo que los argumentos manejados para no edificar el C.C.C en la Florida se pueden aplicar para la construcción vecina existente.

En Zalamea se han cometido autenticas barrabasadas urbanísticas, ya inevitables de reparar, que atacaron nuestro rico patrimonio y tradiciones: nuestras señas de identidad. Las edificaciones en el entorno de nuestras tres ermitas (San Vicente, San Blas y el Sepulcro) me parecen un crimen de “lesa majestad”, así como el derribo de la antigua cárcel para la construcción de la vergonzosa piscina de la Plaza cuadrada. Esos si que fueron ataques a nuestro patrimonio, lo de la Florida no se puede comparar.

El único argumento válido para oponerse a la construcción es la contaminación visual, que lo es, pero es este un argumento demasiado frágil, porque si lo damos por bueno tendríamos que echar abajo no sé cuantas edificaciones particulares que impactan en la visión de nuestro pueblo y su entorno. La lista sería interminable y no creo a nadie, asociaciones y partidos políticos incluidos, dispuestos a encabezar una cruzada de limpieza.

Y yo me pregunto se formó tanto jaleo cuando se construyó sin permiso, sin licencia, sin nada, la vieja casa del peón caminero en la entonces inmaculada entrada de nuestro pueblo. ¿Y no serviría ésta? y acabamos con el problema. En serio, discrepar es legítimo, argumentar, necesario.

Una última cosa en la que todos debemos estar de acuerdo, los a favor y los en contra: TODOS somos zalameños y todos queremos lo mejor para ZALAMEA.

Sebastián Carrasco