Tras escuchar las demandas de los alcaldes y agentes sociales de las zonas afectadas por el grave incendio que durante el verano de 2004 arrasó más de 27.000 hectáreas entre las provincias de Huelva y Sevilla, el presidente de la delegación del Parlamento Europeo que ha visitado estos días las regiones acuciadas por las llamas en España y Portugal, Gerardo Galeote (PPE), anunció que la Unión Europea procederá a partir del próximo 23 de enero a la reforma del Fondo de Solidaridad para las catástrofes.
Con esta revisión, el Parlamento Europeo pretende subsanar el error que supone la inviabilidad de la aplicación de estas ayudas económicas como consecuencia de su propia estructura interna a unos municipios que sufrieron un desastre medioambiental de una magnitud exacerbada como la del verano de 2004. Este fue el mensaje que los eurodiputados de las comisiones europeas de Desarrollo Regional, Agricultura y Medio Ambiente trasmitieron durante su somero paso de apenas dos horas por Berrocal, la localidad más dañada por una catástrofe que devastó la totalidad de su término municipal y lapidó el motor de su economía, basada de manera íntegra en el sector corchero.
La acogida de un país al Fondo de Solidaridad de la Unión Europea (FSUE) requiere que la catástrofe provoque unos daños cifrados en torno a los 3.000 millones de euros o a una cantidad superior al 0,6 por ciento de la renta nacional bruta del Estado. Unos requisitos que la Comunidad Europea consideró que no cumplía la zona sacudida por el incendio de Riotinto. El Reglamento del FSUE recoge también la posibilidad de que una región acceda a estas ayudas cuando es asolada por la misma catástrofe que un país vecino, el cual tampoco fue el caso del cruel incendio del verano de 2004.
En lo que respecta a las reivindicaciones expresadas por los diferentes alcaldes, sindicatos y organizaciones no gubernamentales, centradas en la importancia de impulsar un plan eficaz de prevención de incendios forestales, la recuperación del bosque mediterráneo y la apuesta por el mundo rural, Galeote evitó construir un discurso demasiado esperanzador que levantara falsas expectativas que no pudieran plasmarse en la realidad. Así, el presidente de la delegación de eurodiputados abogó por la necesidad de reforzar la política de cohesión y de desarrollo rural, aunque matizó que estas actuaciones encuentran un obstáculo difícil de soslayar en la escasez que sufren los fondos de la Unión Europea, "un hecho que se traducirá en un recorte de las ayudas". Ante esta situación, la modificación del destino de las partidas económicas europeas con el fin de emplearlas de un modo más justo y efectivo es el reto que afronta la Comunidad Europea, una meta para cuya consecución procederá a la reforma de los Fondos de Solidaridad.
El ciclo de intervenciones de alcaldes y agentes sociales en la reunión mantenida en Berrocal fue abierto por el regidor de esta localidad, Juan Jesús Bermejo, quien ve en la subsanación de la merma en las rentas de los berrocaleños por la pérdida de la producción de corcho, un sector que necesitará varias décadas para regenerarse, la única posibilidad de que se sus habitantes no abandonen Berrocal de manera definitiva. Bermejo insistió en que estos ingresos, aunque son rentas complementarias, son los que mantienen con vida al municipio.
Por su parte, el alcalde de El Campillo, Fernando Pineda, reclamó una estrategia de discriminación positiva que parta desde Europa en lo que se refiere a las ayudas a los grupos de desarrollo rural. "Se trataría de hacer llegar más fondos a las zonas más deprimidas, entre las que se encuentra la Cuenca Minera, en detrimento de las más desarrolladas, como es el caso de la Costa", explicó Pineda.
En el mismo sentido giró la intervención del primer edil de Zalamea la Real, Marcos García, quien emplazó a la totalidad de las administraciones a firmar un gran pacto dirigido a la potenciación del mundo rural ante las dificultades que encuentra para la fijación de la población. El continuo descenso del número de habitantes es, a juicio de García, uno de los factores que facilitan el surgimiento de incendios forestales "como consecuencia de la existencia de un campo no trabajado".
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