La mañana nos descubrió desde sus primeros momentos la realidad climatológica que nos acompañaría el resto de la festiva jornada. Desde temprana hora los actos que estaban programados tuvieron que ser modificados en su forma, y por ello la popular diana no pudo llevarse a cabo por las diversas calles de nuestro pueblo y se limitó a deleitar a los asistentes a ella con unos pasodobles en uno de los bares tradicionales de nuestra calle de la plaza y a degustar el tradicional desayuno en el interior de la propia casa del mayordomo y de vecinos que acogieron entre sus paredes a los miembros de la banda Don Justo Ruiz, como protección ante la lluvia.
A las doce y entre una persistente llovizna que no nos abandonó en toda la jornada, comenzó la Santa Misa en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, misa que fue cantada por la coral polifónica Salomea de nuestro pueblo y a cuya conclusión se rezó el último día de la novena en honor del patrón, San Vicente, que aparecía bellamente exornado en su paso procesional entre rosas de color rojo en esquinas y jarras.
Al concluir la celebración eucarística todos aquellos zalameños que quisieron acudieron a la tradicional invitación que el mayordomo da para celebrar este día grande para él y todo el pueblo de Zalamea a lo largo de los siglos y que en esta ocasión tuvo lugar en el bar La Noria.
La ausencia de cohetería a lo largo de toda la jornada ya tornaba en extraño el que debía ser un día festivo, que se terminó de romper cuando a las cinco y media se procedia a suspender el acto principal y mas sentimental para los zalameños y zalameñas de las fiestas; la procesión del Patrón por las calles del pueblo. A pesar de ello, se vivieron en el interior de la Iglesia Parroquial unos bellos momentos en los que el paso del Santo procesionó por la nave principal del templo entre un numeroso grupo de personas que allí se dieron cita, y que también presenciaron la imposición de la vara de alcalde perpétuo que aún no tenía el santo desde que se le concedió la medalla de la localidad y este nombramiento. La vuelta del santo hacia su ermita se producirá el próximo domingo 4 de de febrero tras la santa misa que comienza a las 12 de la mañana. Será al concluir esta procesión cuando se produzca el intercambio de varas entre el mayordomo saliente y el entrante.