Zalamea se envaneció de su Semana Santa en un Ruiz Tatay colmado de satisfacción y con la totalidad de sus butacas ocupadas. La I Exaltación a la Saeta sirvió para que el teatro zalameño viviera la Pasión de los sentidos; un testimonio evocador pleno en plasticidad y pábulo, que tuvo su culmen con la esperada puesta en escena de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Zalamea se sirve de estos momentos especiales, como el vivido ayer en el Ruiz Tatay, para colmarse de gloria y mostrar su cara más elocuente de un pueblo unido en su emoción. La I Exaltación a la Saeta, organizado al detalle por la Hermandad de Penitencia, sirvió para recuperar ese sentimiento cincelado a golpe de generaciones, y plasmar de forma elocuente la plasticidad más emotiva de nuestra Semana Santa.
La irrupción en el Ruiz Tatay de la Agrupación Musical Ntro. Padre Jesús Nazareno alcanzó un momento glorioso al comienzo del acto. Dirigida por Diego, y con apenas tres meses de ensayos, la agrupación de cornetas y tambores sirvió, cual bocanada de aire fresco, para poner de manifiesto el prometedor futuro de nuestra Semana Santa. Así lo entendió el público para ponerse de pie y acogerlos con una atronadora ovación. Sobre el escenario, “Alma de Dios”, culmen de una presentación soñada que volteó los corazones de una sala totalmente entregada.
Acto seguido, la escena se cubrió tenue para acoger la I Exaltación a la Saeta de la mano de tres oradores evocadores del sentimiento que desprende nuestra Pasión. Los titulares de la Hermandad ilustraron la composición a través de magníficas fotografías para transportarnos a una procesión de ensueños, plena, elocuente, contigua y bella.
Costero a costero, las imágenes zalameñas fueron, celestialmente guiadas en su camino de calvario y gloria, para inmiscuirse en una noche primaveral desgarrada por el canto de una saeta. Raquel Cuaresma y Santiago Robles tuvieron la oportunidad de demostrar sus dotes vocales en la primera edición saetera de Penitencia; que concluyó con la actuación de la Agrupación Musical Ntro. Padre Jesús Nazareno. Como muestra de apoyo y cariño, la Hermandad de Penitencia tuvo el detalle de regalarles un banderín, para que les sirva de insignia de aquí en adelante.