Quiero haceros partícipes de una ilusión hecha realidad.
Mi Fe en Dios y San Vicente, y pasión por Zalamea, hacen que todo lo relacionado con San Vicente y su Hermandad genere en mi una enorme ilusión. Con ella disfruté de mi paso por su Junta de Gobierno, y ahora llega al cenit con la Mayordomía, momento que esperaba con ansiedad y alegría desde hace mucho, y que por fin llegó hace ya casi un año y finalizará con la Semana Grande de Nuestro Patrón.
La familia es el referente de nuestra moralidad, valores, costumbres y creencias. En la mía se forjan todos los sentimientos que como zalameño y fiel de San Vicente me hacen disfrutar de todo lo que rodea a Nuestro Santo. Desde pequeño oigo las coplas de San Vicente en mi casa. Y mi abuela, desde que tengo memoria, me relataba cuando paraba en mi casa al volver de Su Ermita si San Vicente estaba o no contento, si se reía. Fe y pasión heredada por mi padre.
Cada cual desde su ámbito, desde cada una de las muchas organizaciones que conviven en Zalamea, lucha a su manera por el pedazo de historia, de costumbre, de legado, de vida al fin y al cabo, que todas unidas conforman el alma de nuestro pueblo. Yo elegí, y elijo, con orgullo participar desde la Hermandad de San Vicente Mártir.
La felicidad, objetivo siempre buscado por el hombre, difícilmente puede obtenerse de espaldas al sentimiento de hermandad. El ser humano es sociable, y busca de sus congéneres para caminar juntos. Así, San Vicente es Hermano en Dios de todos nosotros en este camino que es la vida.
Pero no se puede vivir en Hermandad de espaldas al prójimo, al hermano. Uno puede elegir con quien camina, pero no debe olvidar al resto de los caminantes. El cristiano sabe que Dios es lo primero, y Dios está en cada uno de nosotros, sin excepción. San Vicente lo sabía, hasta tal punto, que no quiso seguir caminando a costa de renunciar a su Fe, a costa de traicionar así a todos sus Hermanos.
Este pueblo, nuestro y de todos como San Vicente, camina siempre con calma y paso firme. Esta idiosincrasia del Zalameño, bondadoso y fiel (como San Vicente), hace que el orgullo por la Mayordomía que asumo con honor este año sea insuperable.
Celebremos todos juntos, Hermandad de San Vicente, Mayordomo, pueblo de Zalamea la Real y todos los fieles de San Vicente, con alegría los actos en honor del Santo, y valoremos como merece la dicha de disfrutar cada año de la compañía de los nuestros y de la sempiterna protección de San Vicente.
Que Dios nos ilumine, y San Vicente nos guíe.
Amador Márquez Zarza.
Mayordomo 2009
Mi Fe en Dios y San Vicente, y pasión por Zalamea, hacen que todo lo relacionado con San Vicente y su Hermandad genere en mi una enorme ilusión. Con ella disfruté de mi paso por su Junta de Gobierno, y ahora llega al cenit con la Mayordomía, momento que esperaba con ansiedad y alegría desde hace mucho, y que por fin llegó hace ya casi un año y finalizará con la Semana Grande de Nuestro Patrón.
La familia es el referente de nuestra moralidad, valores, costumbres y creencias. En la mía se forjan todos los sentimientos que como zalameño y fiel de San Vicente me hacen disfrutar de todo lo que rodea a Nuestro Santo. Desde pequeño oigo las coplas de San Vicente en mi casa. Y mi abuela, desde que tengo memoria, me relataba cuando paraba en mi casa al volver de Su Ermita si San Vicente estaba o no contento, si se reía. Fe y pasión heredada por mi padre.
Cada cual desde su ámbito, desde cada una de las muchas organizaciones que conviven en Zalamea, lucha a su manera por el pedazo de historia, de costumbre, de legado, de vida al fin y al cabo, que todas unidas conforman el alma de nuestro pueblo. Yo elegí, y elijo, con orgullo participar desde la Hermandad de San Vicente Mártir.
La felicidad, objetivo siempre buscado por el hombre, difícilmente puede obtenerse de espaldas al sentimiento de hermandad. El ser humano es sociable, y busca de sus congéneres para caminar juntos. Así, San Vicente es Hermano en Dios de todos nosotros en este camino que es la vida.
Pero no se puede vivir en Hermandad de espaldas al prójimo, al hermano. Uno puede elegir con quien camina, pero no debe olvidar al resto de los caminantes. El cristiano sabe que Dios es lo primero, y Dios está en cada uno de nosotros, sin excepción. San Vicente lo sabía, hasta tal punto, que no quiso seguir caminando a costa de renunciar a su Fe, a costa de traicionar así a todos sus Hermanos.
Este pueblo, nuestro y de todos como San Vicente, camina siempre con calma y paso firme. Esta idiosincrasia del Zalameño, bondadoso y fiel (como San Vicente), hace que el orgullo por la Mayordomía que asumo con honor este año sea insuperable.
Celebremos todos juntos, Hermandad de San Vicente, Mayordomo, pueblo de Zalamea la Real y todos los fieles de San Vicente, con alegría los actos en honor del Santo, y valoremos como merece la dicha de disfrutar cada año de la compañía de los nuestros y de la sempiterna protección de San Vicente.
Que Dios nos ilumine, y San Vicente nos guíe.
Amador Márquez Zarza.
Mayordomo 2009