El Zalamea, 1-0, saca petróleo de un duelo minero carente de brillantez, marcado desde principio a fin por continuas paradas y por un pésimo arbitraje. Tras ponerse a los 10 minutos con ventaja en el marcador, el equipo zalameño no supo rematar el partido y al final pasaron nervios.
El Zalamea se enfrentaba como local en el feudo de su eterno rival, un campo que no se le da muy bien y habría que echar la vista muy atrás para buscar la última victoria. El encuentro de ayer se presentaba duro, como todos los derbis frente al Campillo, pero los pupilos de Juanma tenían la necesidad imperiosa de ganar y romper la racha negativa que arrastraban desde hace tres jornadas, sin contar el partido suspendido el 7 de diciembre. Tras las dos victorias consecutivas frente al Nerva (1-0) y la conseguida en Cortegana (3-5), el Zalamea había cosechado tres derrotas dolorosas encajando muchos goles, 0-2 (frente al Medina Arsena), 4-3 (frente al San Telmo) y 5-0 (frente al Valdelamusa, líder de la categoría).
Por lo que el equipo salió ayer convencido de que tenía que lograr los tres puntos como fuera, y quizás esta causa fuera el detonante que marcó el juego de los zalameños; y eso que se les puso el marcador a fabor nada más comenzar la contienda. Falta sin peligro en el centro del campo que saca Isaac bombeada sobre el área, el portero hace el intento de blocarla de forma fácil y el balón se le escapa alojándose en la red. Celebración por todo lo alto y partido de cara, justo lo que había planeado Juanma desde la caseta, un encuentro jugado a favor con salidas a la contra para sentenciarlo.
Con el 1-0, el Zalamea se centró en realizar un partido práctico, sin estridencias, quedaban muchos minutos y había que leer el partido para no verse sorprendido por un rival bastante inoperante. La dinámica continua de faltas reiteradas por ambas escuadras no supo cortarla el colegiado y el juego se hizo tedioso. Nadie se hacía con el mando en el centro del campo y Rubén y Pablo, pivote de Juanma en la medular, no tuvieron la claridad para mandar en el juego. Sin ocasiones claras de gol se llegó al descanso.
En la segunda parte el Zalamea salió con más mordiente y Portu e Iván se mostraron más para crear peligro. El Campillo adelantó líneas y los dos puntas zalameños intentaron aprovechar su rapidez para matar el partido. Así llegó la ocasión más clara para los zalameños, Portu se planta sólo delante del portero, pero su intento de vaselina es interceptado por la manopla en última instancia cuando ya se celebraba desde la banda. Minutos antes, Iban había mandado un remate de cabeza al larguero tras una falta sacada por Rubén. Dos claras ocasiones que no se tradujeron en el marcador; aquí se resumen las ocasiones de gol en ambas escuadras, ya que el Campillo no llegaba, ni llegó. De aquí al final juego embarrullado, polémicas arbitrales y alguna que otro conato de tangana, pero sin pasar a mayores.
A destacar el partido que realizó Pablo Matilla en su debut, ocupando dos demarcaciones diferentes. Juanma lo posicionó en la medular acompañando a Rubén de salida, y cuando se lesionó José Javier lo situó de central. Cumplió en las dos demarcaciones de forma sobrada, por lo que Juanma puede estar satisfecho de contar con un jugador que le resolverá cualquier inconveniente. Una vez más, destacar el pundonor de un jugador que volvió a sobresalir en la tarde de ayer hasta que tuvo que pedir el cambio. José Javier sigue sin tener suerte con las lesiones, pero el tiempo que juega sigue dándolo todo, un ejemplo de sacrificio y clase, ya que podemos estar hablando de los mejores centrales de la categoría. En la portería debutó como titular Juan Centeno, que tras su largo periodo lesionado saltaba con los once titulares. Juan tubo un partido cómodo en su regreso, se mostró seguro ante los tímidos ataques campilleros y salvó el reslultado con una gran parada a bocajarro.