La delegada provincial de Medio Ambiente de la Junta en Huelva, Isabel Rodríguez, confirmó ayer que las lluvias caídas en los últimos meses en la provincia "están ayudando a la recuperación natural y paulatina de muchos de los árboles que resultaron afectados" por el incendio de Riotinto en el verano de 2004.
La Junta explicó que la delegada ha podido comprobar 'in situ' el estado de las obras de emergencia que realiza la empresa pública 'Tragsa' sobre unas 1.600 hectáreas de los términos de Berrocal, Zalamea La Real y El Campillo.
Estos terrenos, que forman parte de los adquiridos hace unos meses por la Diputación al Instituto de Crédito Oficial, se vieron afectados en el incendio ocurrido en el verano de 2004, donde ardieron más de 30.000 hectáreas de terreno.
Las actuaciones, que se incluyen en la Orden de Emergencia del Ministerio de Medio Ambiente, han consistido en la reutilización de la madera quemada para la construcción de elementos de contención de arrastre de tierras por las lluvias caídas este otoño, como fajinas y empalizadas; y la creación de una serie de pequeños embalses para la retención de las cenizas del siniestro y otros sólidos. Igualmente, se han realizado algunas siembras de emergencia para fijar el suelo en las zonas de pendientes pronunciadas. Tras la retirada de toda la madera quemada, las tierras han quedado listas para el comienzo de la fase de restauración forestal, que se iniciará cuando los técnicos y las condiciones climatológicas lo aconsejen.
Andalucía 24 horas
La Junta explicó que la delegada ha podido comprobar 'in situ' el estado de las obras de emergencia que realiza la empresa pública 'Tragsa' sobre unas 1.600 hectáreas de los términos de Berrocal, Zalamea La Real y El Campillo.
Estos terrenos, que forman parte de los adquiridos hace unos meses por la Diputación al Instituto de Crédito Oficial, se vieron afectados en el incendio ocurrido en el verano de 2004, donde ardieron más de 30.000 hectáreas de terreno.
Las actuaciones, que se incluyen en la Orden de Emergencia del Ministerio de Medio Ambiente, han consistido en la reutilización de la madera quemada para la construcción de elementos de contención de arrastre de tierras por las lluvias caídas este otoño, como fajinas y empalizadas; y la creación de una serie de pequeños embalses para la retención de las cenizas del siniestro y otros sólidos. Igualmente, se han realizado algunas siembras de emergencia para fijar el suelo en las zonas de pendientes pronunciadas. Tras la retirada de toda la madera quemada, las tierras han quedado listas para el comienzo de la fase de restauración forestal, que se iniciará cuando los técnicos y las condiciones climatológicas lo aconsejen.
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