Sabemos que la cigüeña ha llegado a Zalamea…¡Que bonita era verla en El Villar! Postrada sobre su torre, cerca de las campanas, realizando su típico sonido con el pico, cortejando a su pareja y más tarde, alimentando a sus crías... Si que era bonito,
pues al ser la torre baja, se mostraba con toda la grandeza que posee esta gran ave, pero como sabéis, tristemente se nos cayó la torre y con ella su nido… Al arreglarla se olvidó colocarle un pie para que volviera a su casa y aunque el animal da vueltas, triste se va porque no tiene donde asentar su nido. Pero bueno, voy a hablar de otra ave, que desde hace tiempo, nos visita en la época de verano… Es la señora Lechuza, junto con su compañero .Es realmente alucinante verla volar e introducirse del tirón y sin vacilar por las ventanitas de la torre, que son tan ínfimas, que no cabe la cabeza de una persona. Este verano, una tranquila noche, de las que todo el mundo estábamos sentados en la puerta de las casas y de los bares, sucedió algo que sorprendió a los allí presentes. Dos de las crías de la lechuza, al intentar volar, se habían caído al suelo. Rápidamente todos nos levantamos para verlas y después de correr y correr detrás de ellas, Sergio y Juan Luis las cogieron para devolverlas a su nido. Mientras que fueron a buscar las llaves de la iglesia, para poder introducirlas por las escaleras, los más curiosos sacamos las cámaras y las fotografiamos. Son preciosas y nos complace saber que, el próximo verano nos volverá a visitar mandándonos de nuevo a callar…TSSSSUUUUUUUU!!!!!!
pues al ser la torre baja, se mostraba con toda la grandeza que posee esta gran ave, pero como sabéis, tristemente se nos cayó la torre y con ella su nido… Al arreglarla se olvidó colocarle un pie para que volviera a su casa y aunque el animal da vueltas, triste se va porque no tiene donde asentar su nido. Pero bueno, voy a hablar de otra ave, que desde hace tiempo, nos visita en la época de verano… Es la señora Lechuza, junto con su compañero .Es realmente alucinante verla volar e introducirse del tirón y sin vacilar por las ventanitas de la torre, que son tan ínfimas, que no cabe la cabeza de una persona. Este verano, una tranquila noche, de las que todo el mundo estábamos sentados en la puerta de las casas y de los bares, sucedió algo que sorprendió a los allí presentes. Dos de las crías de la lechuza, al intentar volar, se habían caído al suelo. Rápidamente todos nos levantamos para verlas y después de correr y correr detrás de ellas, Sergio y Juan Luis las cogieron para devolverlas a su nido. Mientras que fueron a buscar las llaves de la iglesia, para poder introducirlas por las escaleras, los más curiosos sacamos las cámaras y las fotografiamos. Son preciosas y nos complace saber que, el próximo verano nos volverá a visitar mandándonos de nuevo a callar…TSSSSUUUUUUUU!!!!!! .
Mª Cruz Gómez
