Es normal que la infraestructura de un pueblo sufra de imperfectos y deterioros. Pero estos, y más cuando se trata de seguridad vial, se deben de subsanar lo más pronto posible. Como podemos ver en las fotos, se tratan de uno de los bancos del Paseo Redondo, en su alzado más alto; y de la barandilla del Puente de San Blas.Dicho sea de paso, son dos de los monumentos más antiguos del pueblo y representan episodios muy importantes en la historia de Zalamea. Es por ello que hay que cuidarlos y mimarlos para que nuestra política de turismo vaya bien encaminada. Sin olvidarse, y esto también es importante, de velar por la seguridad de sus vecinos y visitantes.
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