Buscando entre padrones y censos de población de esta vieja localidad, no consigo adivinar otra persona más indicada para desparramar, a través de los hertzios televisivos, el espíritu dicharachero de esta tierra blanca y verde. Una vez encendido el televisor en el mediodía con aroma a puchero, apareció allí nuestra embajadora por un día (y que sean muchos más).Delfina, tal como es, así, como todos la conocemos; tan risueña que hace reír al más pintado. Como si estuviera en su cocina del hueco-mundo de Tío Bartolo, nos hizo esbozar, a todos los atrevidos que estábamos frente a la tele, una magnífica sonrisa.
Nos recibe con la misma predisposición de siempre en su casa, para esbozar este pequeño documento sobre su periplo culinario por los madriles....ay, me hubierais avisao y me hubiera puesto más guapa pa este momento... Reímos todos nada más cruzar el umbral. En su salón lleno de vida, bajo la atenta e irracional mirada que nos prestan los peces de su acuario, nos hacemos eco de todo lo que significó la odisea en TVE.
Delfina, muy buena cocinera (siempre se lo he escuchado a la gente que me rodea), no se estanca en la cocina tradicional, sino que en base a ella indaga e inventa nuevos conceptos en el arte de la cuchara y el tenedor. Y esa fue su carta de presentación: envió uno de sus trucos al programa “Cocina con corazón” y se pusieron en contacto con ella para que lo expusiera, junto a alguna de sus recetas, al atento público de las mañanas de este país.
De madrugada la recogieron para llevársela, junto a su marido Pepe y su amiga Reyes, a la capital del reino, a la Ciudad de las Artes, a Prado del Rey, a RTVE. "... vino una limusina a por mi...a to confórt...aquello era enorme, yo creía que tenía 25 ventanas...y el chofer...le decía guapo y cómo de contenta estaría su madre... y se reía”
El equipaje que se llevó desde aquí, pues nada, lo normal que se lleva un zalameño cuando sale de su tierra: “...me llevé una tarta de la panificadora (donde le puso el título del programa), unas rosas, unas botellas de aguardiente, una garrafa de agua del Pilar de las Indias, y la hierbabuena, el perejil y el culantro del Valle Redondo”
Allí la atendieron estupendamente, según nos relata, y no sería para menos, porque imagino a todo el staff sin parar de reír “...me llevaron a maquillaje y me empezaron a prepará...pero les tuve que decir:!el pelo ni me lo toquéis, que me lo ha preparao ya mi Josefa!”
Sus conocimientos de cocina (dio clases en la “Escuela del Cura”) hicieron el resto: su sopa de mayonesa, la merluza con ensalada, y los pinchos de bacon, pimiento y langostinos (que la propia presentadora, Inés Ballester, los bautizó con el nombre de Delfina) nos abrió el apetito a todos. El postre se lo llevó también desde casa: Huevos nevados “...uno de los que andaba por allí los cogió diciendo: esto pa mis cojones”. Y es que tenían una pinta...
Teniendo en su haber más de 50 recetas propias y alrededor de 150 trucos culinarios, les propuso a los integrantes del programa cambiar el viaje a Benidorm que tenía como premio, por la posibilidad de asistir de nuevo al programa y ofrecer nuevas recetas. Y aunque irá a las playas de Levante a tomar el sol, también la podremos ver alguna que otra vez cocinando de nuevo en la pequeña pantalla ( a ello se comprometieron las partes).
Tiembla Arguiñano. Se te acabó el chollo.
Entrevista: F Limoso-M.C. Gómez. Texto : Zola.