Como viene siendo habitual, en nuestro pueblo la celebración de la Noche Buena acoge a un gran número de zalameños, venidos de distintos sitios para vivir este día tan especial junto con familiares y amigos. Es de los pocos días al año, en el que se pueden ver familias y reuniones al completo. Personas que por distintas circunstancias, pueden venir muy contadas veces, este día navideño no fallan. Y así se pudo comprobar desde por la mañana, paseando por las calles te encontrabas conocidos por todos los rincones, en casas, en los bares; todos nos queremos saludar, hablar de nuestras cosas, preguntarnos como nos va la vida, en fin vernos y celebrarlo tomándonos una copita en los bares típicos que frecuentábamos de siempre.
De esta manera, ya por el mediodía se pudo comprobar el gran ambiente que había. Luego en la conocida Misa del Gallo, nuestra Iglesia se lleno de esplendor con cánticos populares de villancicos y el Nacimiento de Jesús, con un repiqueo de campanas muy característico a las doce en punto. Las familias cenaron en sus casas, donde seguramente tuvieron que buscar sillas para tanto invitado. Y posteriormente los zalameños más marchosos, en su mayoría jóvenes, prosiguieron la fiesta en los botellones y bares del pueblo, hasta altas horas de la madrugada.
De esta manera, ya por el mediodía se pudo comprobar el gran ambiente que había. Luego en la conocida Misa del Gallo, nuestra Iglesia se lleno de esplendor con cánticos populares de villancicos y el Nacimiento de Jesús, con un repiqueo de campanas muy característico a las doce en punto. Las familias cenaron en sus casas, donde seguramente tuvieron que buscar sillas para tanto invitado. Y posteriormente los zalameños más marchosos, en su mayoría jóvenes, prosiguieron la fiesta en los botellones y bares del pueblo, hasta altas horas de la madrugada.