sábado, 31 de diciembre de 2005

...y Próspero Año Nuevo.

...Pero si parece que fue ayer, y ya ha pasado el año...se les oye murmurar a los más veteranos en este reto que supone la vida. Otros 365 días, con sus mañanas, sus tardes y sus noche, sus alegrías, sus tristezas, sus sorpresas y sus rutinas, sus madrugones y sus siestas; sueños de aquí y allá, convertidos en realidad o postergados hasta que el destino (maldito destino) quiera; proyectos inacabados, proyectos por empezar, proyectos finalizados, y otros, otros que irán surgiendo. Que si perdí mucho el tiempo; que si no lo aproveché lo suficiente; que si ya estaba harto de este año aciago;, que qué pena que termine este año tan fructífero...
Y es que un año da para mucho, o para muy poco...qué se yo....Da, eso sí, muchas vueltas, como diría alguna de las abuelas que alegran nuestros rincones.
Este 2005, postrado ya ante sus horas finales, nos deja tal como empezó, con aires de fiesta. Y es que nada mejor que el nacimiento y muerte de un año, lleno de jolgorio y parranda. Pero todo va mucho más allá del engullimiento atroz de uvas de Vinalopó (y otras tradiciones impuestas por el excedente mercantil), de champagne o cava (como lo quieran llamar), de chaqueta y corbata de moda trasnochada, de papelillos, matasuegras y serpentinas de celulosa barata. Todo va más allá de banalidades fiesteras.
El punto de inflexión entre el 2005 y el 2006 lo marcará nuestra mente y nuestro corazón. La razón aliada con los sentimientos. En esa explosión de ideas, objetivos y deseos dará comienzo este nuevo año que ya llama a la puerta del tiempo.
Nada ni nadie nos puede indicar el más leve indicio de lo que este nuevo periodo anual nos va a ofrecer. Y la incertidumbre aquí siempre juega malas pasadas. Pero lo que nada ni nadie nos podrá robar, es el soñar, durante unos segundos, con un trabajo nuevo, con un trabajo mejor, con un trabajo en definitiva; con esa jubilación tan anhelada; con la felicidad de nuestra familia; con la amistad de unos amigos; con un techo bajo el que fantasear; una huerta para mis tomates; la salud para todos; la valentía para un negocio,... tantos y tantos sueños como nos vengan en gana, que soñar es gratis, y después..., bueno, después Dios proveerá.


A todas, a todos, Prosperidad para el 2006 (anno Domini).