jueves, 3 de julio de 2008

La consulta popular se abre paso para decidir el futuro del vertedero

La Alcaldía, Izquierda Unida, Ecologistas y el Foro Social ven con buenos ojos contar con la opinión ciudadana aunque el PSOE cree que no es necesaria · Recuerdan el fiasco de la reindustrialización.

La Autorización Ambiental Integrada (AAI) que la Junta de Andalucía acaba de conceder al vertedero de residuos tóxicos y peligrosos de Nerva y que conlleva su ampliación además de incluir una nueva lista de residuos está removiendo un debate medioambiental que parecía cerrado una década después de que la instalación abriera sus puertas. El Ayuntamiento tiene ahora tres meses para responder a la licencia de obras solicitada por Befesa para lo que será una larga vida de treinta años más.

El alcalde, el Independiente Domingo Domínguez, sabe que la legislación actual le maniata su capacidad de decisión y reconoce que "la ampliación estaba soterrada en el proyecto básico" pero ha anunciado que "no nos temblará el pulso y enviaremos a pleno una propuesta sobre el futuro de la planta para que todos los grupos políticos se retraten, el pueblo conozca su posición y, en caso de no haber consenso entre las partes, pedir opinión a los ciudadanos".

Precisamente la opción de la consulta está en el aire nervense y es la que más suena en el altavoz local.

Izquierda Unida, grupo que posee la llave del Consistorio al tener un concejal clave que rompería el empate a seis entre PSOE y Giner, no la ve con malos ojos. Su portavoz, Oscar Collado, cree que hay que plantear a los ciudadanos el futuro de la planta y recuerda que su partido ya propuso la consulta en 1995. El portavoz izquierdista, sabedor de su fuerza en este asunto, recuerda que el Giner hizo una activa campaña contra el vertedero cuando estaba en la oposición pero ahora se ha encontrado con que "gran parte de la financiación municipal, hasta un diez por ciento, depende de los ingresos del cánon de vertido". Collado subraya también el fiasco de la prometida reindustrialización que se hizo en pleno debate sobre la planta, un complejo al que se le dio la vitola de "interés social y que contó hasta con el apoyo de una entonces activa Minas de Río Tinto, aunque a cambio de diversificar la industria medioambiental".

Desde el PSOE local se asegura que la Autorización Ambiental concedida a Befesa supone en realidad una garantía para los ciudadanos y obliga a la gestora a "extremar el control y la seguridad del vertedero".

El portavoz de esta formación, Eduardo Muñoz, invita al alcalde a "gobernar" y le advierte que conceder la licencia de obras es "su responsabilidad".

Otra de las voces que dan valor a un hipotético referéndum con minúsculas es el Foro Social. A través de Fermín Capado, este grupo ciudadano se muestra muy escéptico. Capado asegura que "es difícil creer a una empresa, Befesa, y una Administración, la Junta, que han incumplido todos los compromisos adquiridos en su día con el pueblo de Nerva, desde la reindustrialización hasta el tratamiento de los residuos".

Las voces contrarias a ampliar la vida de la planta también llegan desde las asociaciones ecologistas. El miembro de Ecologistas en Acción, Juan Romero, cree que "el vertedero ha cumplido ya un ciclo" y es hora de replantear su futuro. Romero apuesta por reubicar la instalación, lejos de pueblos, cauces, acuíferos y aplicar a los residuos que recibe las más modernas tecnologías de recuperación y reutilización en vez del enterramiento generalizado.

En el ámbito político tampoco bajan calmas las aguas.

Dolores López, parlamentaria andaluza del PP y coordinadora de esta formación en la Cuenca Minera es rotunda. "La Junta no puede condenar a la Cuenca Minera a ser el vertedero de Europa" así que exige a la consejera de Medio Ambiente, la onubense Cinta Castillo, que "no escurra el bulto".

Al margen de la idoneidad o no de una consulta popular, desde todos los ámbitos sociales y políticos se recuerdan los incumplimientos de Befesa y la Junta de Andalucía, que al calor de la instalación de residuos se comprometieron a traer empresas relacionadas con la gestión de residuos industriales para diversificar la economía comarcal, que en 1996 vivía inmersa en el final de una crisis minera que daba la puntilla a la mina de Riotinto.

Ricardo Gallego, miembro de MRT y CC OO y ahora sentado en la Comisión de Control de la planta, recuerda precisamente el nulo desarrollo de industrias alternativas. De todas formas, Gallego apuesta por dar continuidad a la instalación aunque imponiendo unos férreos controles independientes sobre su funcionamiento.

El debate abierto en Nerva es de tal intensidad que la consejera de Medio Ambiente ha comprometido su palabra y recordado que la decisión de prorrogar el convenio a la empresa que gestiona el vertedero se tomará desde lo que ella denomina "un órgano participativo". Una frase que todos entienden que apunta a la Comisión de Control y Seguimiento del Vertedero de Nerva puesta en marcha a iniciativa municipal tras las últimas elecciones y que se ha reunido ya en dos ocasiones no sin escenificar las tensiones que se viven.

De momento, la Consejería envió varios representantes a la reunión, de donde se llevaron un conjunto de peticiones, entre las que destacan la realización de un estudio sanitario sobre la población que ponga de manifiesto la incidencia que ha tenido esta instalación química en la salud. Otra de las inquietudes mostradas por los asistentes locales fue la relativa a las emanaciones polvorientas que salen del vertedero y acaban en el pueblo.

La realidad pasa ahora por una espinosa decisión municipal que llegará a las puertas del otoño. Será entonces cuando el alcalde de Nerva dé un sí o un no motivado a la petición de licencia de obras cursada por Befesa nada más recibir la AAI.