lunes, 28 de julio de 2008

Borrachera de Libertad

Tras concluir las Jornadas 2008 se pueden extraer varias conclusiones muy positivas de la fiesta, éxito de organización, participación, y diversidad cultural. Tres pilares básicos para el esqueleto de una idea que, con el tiempo, ha madurado para regocijo de todos los zalameños y zalameñas que han vivido su quinta celebración.



Hace 5 años cuando las personas que componen la asociación Citus Jara tuvieron la iniciativa de crear una celebración cultural en el pueblo, no se podían imaginar la repercusión social que iba a representar para el pueblo estas fiestas con reminiscencias históricas. Tras este corto periodo de tiempo, donde el trabajo y sacrificio se han unido, las Jornadas Cristiano-Musulmanas se han convertido en un referente dentro de la provincia onubense a nivel cultural y numerosos medios de comunicación se hacen eco del evento año tras año. Cuando una idea creativa e ingeniosa parte, sus primeros pasos se hacen de una forma fluida y siempre sustentada por la novedad de los acontecimientos.

Han pasado 5 años desde aquellas primeras Jornadas, y a la conclusión de esta últimas, se podría decir que han alcanzado su esplendor máximo. A nivel organizativo la fiesta de este año ha supuesto un gran esfuerzo para las personas que componen la asociación zalameña. El nivel de exigencia es un pasajero taxativo cuando realizas trabajos de cara a la diversión. Zalamea, pueblo marcado por sus fuertes tradiciones, ha acogido de buen grado estas fiestas donde se retrata un episodio histórico; musulmanes y cristianos conviviendo después de la Reconquista.

La Cultura es sinónimo de humanidad, y es por ello, que son la gente del pueblo la que tiene que velar por trabajarla y conservarla; buen ejemplo de ello, lo dan con sus actividades la Asociación Citus Jara. Personas con sus trabajos, familias y preocupaciones, pero que año tras año se juntan para organizar una gran fiesta para su pueblo.

En este punto habría que reflexionar en voz alta, han pasado 5 años y es gratificante ver el colorido de las calles, los niños disfrazados acompañados por sus padres y la gran variedad de eventos; pero, ¿hasta dónde queremos llegar? ¿Cuál es el futuro?

Tenemos ejemplos como las Jornadas Cristiano-Musulmanas de Cortegana, el Festival de Teatro de Niebla; por nombrar a algunas, donde la idea original ha perpetuado en el tiempo y de la fiesta se ha sacado una productividad comercial a través del turismo. Nuestra zona lamentablemente esta carente de una actividad de este tipo y las ideas buenas mueren incomprensiblemente por falta de implicación. Cuando hablo de implicación, estoy hablando de dinero, porque la implicación humana está garantizada por ahora. Para lograrlo, como se pretende con las jornadas, se necesita la implicación de los empresarios y comerciantes de la zona. Es primordial que si se pretende atraer público con este tipo de eventos, campaña mediática incluida, el sector comercial, empresarial y turístico de la zona se vuelque definitivamente con este evento zalameño u otros que vayan surgiendo. A nivel institucional, lo mismo. Si se apuesta por una zona deprimida hay que hacerlo con todas las circunstancias, y si se aportan cuantías estratosféricas para otros eventos, ¿por qué no aquí? Es muy frecuente cuando sales por ahí ver los carteles repletos de logos y patrocinadores, eso lamentablemente en Zalamea no sucede, y entiendo que la zona puede estar más desfavorecida que otras, pero con implicación y simples aportaciones se estaría apostando, sin lugar a dudas, por la productividad.







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Este fin de semana hemos visto a muchos visitantes paseando por el pueblo, estas personas se convertirán el año que viene en los mejores embajadores de la fiesta, procuremos entre todos que su historia sea cada año más espléndida.

Desde el escenario nos animaban el sábado para que gritáramos “borrachera de libertad”….esa libertad que probablemente este adormecida, pero que cuando un pueblo la entona al unísono puede servir para construir grandes proyectos, gritemos todos con Jara.