En el término de Zalamea la Real, hay diseminadas varias minas de manganeso, que en la actualidad están todas (abandonadas) fuera de actividad. Una de estas minas se localiza a 7 kilómetros al suroeste de El Villar; se trata del “Tinto y Santa Rosa”. Hay algunos datos de la historia de esta explotación minera, que estuvo muy relacionada con la Aldea.- Hasta hace muy pocos años, ha habido gente en El Villar que fueron testigos directos de los últimos tiempos que sobrevivió la explotación minera, y ellos nos contaron muchas anécdotas y vivencias.
Esta Mina fue puesta en funcionamiento en 1.868 de manos de una Compañía Inglesa, “The United Alkali Company Limited” que tenía sus oficinas centrales en Valverde del Camino. La Mina a lo largo de su actividad tuvo varios propietarios, y su explotación se prolongó hasta el año 1.929. La población obrera llego a alcanzar los 800 empleados.
Decían los viejos de El Villar, que con la técnica de los mineros del Tinto se hicieron los pozos de la Aldea, al disponer de barrenas, dinamita y buenas herramientas; en efecto así fue, por que el subsuelo de El Villar es un macizo muy duro. Hasta en El Villar se llegó a montar una fragua para abastecer de herramientas los trabajos de la Mina.
Roque González Ramos, (ilustre villarejo) fue jefe de finanzas de la Mina del “Tinto y Santa Rosa”, a la gente le sorprendía que Roque pagara a los obreros con monedas de oro; eso le hizo muy popular, también corría la plata.- En la Mina trabajó una colonia de villarejos (unos treinta hombres): Gregorio Peña (Tío Gorito), José Mª Banda (Cano Montes), Antonio Rabadán (el Mierro), Simplicios Gómez, Manuel Rodríguez (el Loro), Francisco Gómez, Antonio González (Tío Portugués), Onofre González, José Mª Delgado, Francisco Peña (de Tía Isidra) y muchísimos más que ahora yo no recuerdo.
El “Tinto y Santa Rosa” alcanzó un auge social y económico bastante considerable, era la mayor explotación minera del término de Zalamea, había una notable colonia inglesa (jefes y dirigentes), con Centro Cultural y de Ocio, Casino, Economato, Pistas de Tenis, la misma empresa construyó varias manzanas de casas para los trabajadores. La población obrera era valverdeña, calañeses, villarejos y muchos portugueses.- En una corta temporada fue regentada por una Compañía Minera Portuguesa.
Contaban los viejos, que fueron muy populares y divertidos, los bailes que se hacían amenizados por acordeonistas portugueses; también visitaban ellos mucho las fiestas de El Villar.- Los enterramientos de la población del Tinto, se hacían en el Cementerio de El Villar.- En 1.918, como consecuencia de la pandemia de gripe, la capacidad del Cementerio de El Villar se saturó, y los villarejos se opusieron a que se enterrasen gentes del Tinto; a partir de aquel incidente los derivaban a Zalamea, y a la vuelta, la comitiva de acompañantes hacían una parada en el Casino de El Villar, y terminaban todos borrachos.
Hay un dato curioso que llama la atención: En el año 1.900, en la Exposición Universal de París, asistió una representación de la “Mina Tinto y Santa Rosa”, donde se expusieron en uno de los Pabellones muestras de Pirita de Cobre y Manganeso, con el objeto de promocionar la calidad de estos minerales de la zona.
En 1.870, era Director del “Tinto y Santa Rosa” el Ingeniero ingles Charles Kasmucer, y los minerales eran transportados hasta Valverde a lomos de mulos y burros, contaban los antiguos que disponían de más de un centenar de bestias para esta operación, bajo el mando de varios arrieros, tenían que recorrer una distancia de 12 kilómetros. Este problema de transporte hizo que la “Mina Tinto y Santa Rosa”, diese en quiebra en varias ocasiones consecutivas, a pesar de cambiar de dueños.
Era necesario salvar el problema del transporte, de lo contrario la Mina no podía continuar con su actividad. En una de estas quiebras ruinosas (1.894) apareció un nuevo comprador llamado “Tomás Gallart González” con dos socios ingleses más y se hicieron con la propiedad de Mina. Había un hecho evidente, de que con la revolución industrial, los mercados internacionales demandaban mucho manganeso.
Tomás Gallart, experto en maquinarias de vapor aplicó un nuevo sistema al transporte de mineral desde la boca-mina, e instaló en “Tinto y Santa Rosa” el cable de transporte aéreo en sus instalaciones.- Este cable aéreo, funcionaba de forma reversible y mediante el impulso o tracción de una máquina de vapor, transportaba los calderillos de mineral hasta un almacenamiento y cargadero.
Aprovechando la línea de ferrocarril Buitrón y Sotiel Coronada, (de reciente construcción 1.870), la Dirección del “Tinto y Santa Rosa” construyó un ramal férreo de unos 4 kilómetros para enlazar con esta vía y así darles solución al problema de transporte, de esta forma el mineral de manganeso era enviado directamente al embarcadero de San Juan del Puerto, para ser distribuido a los mercados internacionales.
Aunque este proyecto estaba en funcionamiento, no es hasta 1.906 cuando se le da validez al sistema de cable aéreo bajo la verificación del Ingeniero Don José Albelda y a su vez la Compañía “The United Alkali Limited” compra de nuevo la Mina.- En 1.909 es cuando de verdad la Mina alcanza su máximo rendimiento. A consecuencia de este avance, los réditos de la Mina fueron apoteósicos.
El manganeso (Mn) en su forma pura reviste gran importancia práctica en la fabricación del acero, y lo largo de la historia ha tenido muchas aplicaciones sobre todo en la industria militar. Hubo una época en que se le denominó la “Fiebre del Manganeso” 1.858 – 1.960, por la gran demanda que llego a tener este mineral. En la Comarca del Andevalo existen más de 50 yacimientos de manganeso; alrededor de 15 están en el término de Zalamea la Real (siete de ellas muy próximas a El Villar). Dicen los geólogos, que la gran masa de manganeso en España se encuentra en la Provincia de Huelva, las Minas de Manganeso españolas, aportaron a la demanda internacional más del 50 % del consumo de este mineral.
La gran crisis económica del año 1.929, y la nefacta gestión de bancarrota a que llegó España con la Dictadura de Primo de Rivera, fue el desencadenante para poner contra las cuerdas a la mina “Tinto y Santa Rosa”, así de paradójico, cuando las industrias de Centro-Europa demandaban con insistencia este mineral.
Huelva 2.007, Emilio Gómez Calvo.