sábado, 10 de febrero de 2007

Grafittis, made in Zalamea: ¿La expresión de los pensadores anónimos?

La Globalización actual, está acortando las distancias entre las referencias culturales de las localidades más grandes y más pequeñas. En un primer momento, se podría dotar a Zalamea de la características esenciales de un pueblo. Todo hace indicar al visitante, que recorre nuestras calles, de que se encuentra en una clásica villa con tradiciones arraigadas y costumbres rurales. O así sería la forma lógica de pensar, observando la piel que viste, es decir, lo que se presenta a nuestros ojos.

La aparición de la televisión en un primer momento, y de internet más recientemente, ha creado un nuevo abanico de inquietudes dentro de los habitantes de Zalamea, que influenciados por los medios de comunicación, hacen cada vez al habitante zalameño más cosmopolista en cuanto a gustos y aficiones. Podríamos hablar entonces, de dos Zalameas. La que se muestra a través de sus edificios y tradiciones centenarias, y la que tras este velo se presentan en cuanto a nuevas pautas sociales y culturales. Una enredadera de tradiciones y nuevos comportamientos que enriquecen de forma muy amplia a nuestra morfología: Zalamea es un pueblo, fiel a sus tradiciones y costumbres, pero abierta a su vez a las nuevas pautas sociales, culturales y tecnológicas. Con Internet, podemos encontrar el más amplio ejemplo de estas nuevas formas de comportamiento . Esta renovación derivada de los medios de comunicación, se pueden comprobar en las nuevas inquietudes que se dan cita en nuestro pueblo. Y entre ellas, las que traemos hoy a nuestras páginas, que aunque parezca novedosa, ya tiene su historia, desde las primeras proliferaciones en los años 60 en las grandes urbes. Se trata del graffiti, y con él , la polémica.

Transitando desde la calle Huerto, hacia el campo de fútbol, a través de la calleja que une esta calle con la carretera, podemos encontrar en los muros traseros de las viviendas de esa zona, una especie de manifestación de este tipo. Una serie de de tags o firmas, se repliegan por la superficie de las paredes en algunos casos encaladas, haciendo que la zona aproxime su estética a las de las grandes urbes. El problema acontece, y donde la problemática de este tipo de manifestación artística reside, es en los lugares elegidos para plasmar este tipo de expresión. Si bien el mundo de los graffitis, está lleno de grandes creadores de renombre, y en muchos casos anónimos, que hacen de esta forma de expresión un arte, en Zalamea, la estética que está proliferando, es la de simples pintadas, algunas que otras con cierto matiz artístico, que en algunas ocasiones rebasan la mediocridad, recreando obras más elaboradas. Por tanto, en Zalamea, como en otros muchos municipios, la problemática se presenta, no a la hora de la creatividad o no de este tipo de expresión, ya que cada una responde a la habilidad de su creador , si no más bien en el lugar elegido. Habría que valorar cual es el pensamiento de estos vecinos con respecto a esta corriente de arte e intentar buscar un equlibrio entre las libertades de expresión en contraposición con los derechos de terceros. En muchas otras localidades se han creado zonas habilitadas para la manifestación grafittera, de manera que los autores, puedan plasmar en ella la creatividad que atesoran. Pero... ¿puede ser este el caso de Zalamea? ¿ existen en el pueblo este tipo de artistas o responde su comportamiento a una forma de revelarse contra lo establecido en busqueda de un protagonismo grupal? En el caso de que lo consideraran una forma de manifestación artística... ¿estarían dispuestos los creadores a expresarse en lugares establecidos? Preguntas sin respuestas y un problema de dificil solución y con una gran cantidad de opiniones contrapuestas en relación a ello.