Para la Zalamea minera hay una fecha que marca un antes y un después en el conflictivo tema de las teleras, esta es el 4 de Febrero de 1888, día en que se produce un hecho lamentable con el sacrificio de vidas humanas, que va a generar un estado de conciencia a nivel nacional de estas calcinaciones al aire libre del mineral. Sucesos acaecidos en Riotinto, y que pasaron a la historia como uno de los grandes hitos del obrerismo español y la primera huelga ecologista en la historia de nuestro país. En pleno siglo XIX, el sistema de explotación de las minas provocó el nacimiento de lo que hoy se calificaría como un movimiento ecologista: la Liga Antihumista, un grupo activo (agro-ganadero) que clamaba contra las consecuencias que la minería estaba trayendo a esta comarca.
Esta conciencia ambiental nació en los habitantes de estas comarcas mineras en defensa de la salud de ellos mismos y de sus campos. Los gases de la actividad minera provocaban una niebla densa “la manta” y una asfixia general, ese día no se podía trabajar y perdían parte del salario. Las calcinaciones de mineral al aire libre trajeron también las primeras lluvias acidas en la historia de España. El resultado era palpable en nuestros campos y aún hoy hay secuelas de ello: cosechas arruinadas y suelos improductivos, sin olvidar la corta desmesurada de árboles para provocar la combustión del mineral.
Mucho se ha escrito sobre esta tragedia en la que muchos zalameños sufrieron la carga a tiro limpio y bayoneta en mano del ejército de Pavía contra la multitud que protestaba en forma festiva contra la quema de mineral al aire libre que producía gases tóxicos sulfurosos. El balance, docenas de fallecidos y desaparecidos.
Este domingo, 4 de febrero, en reconocimiento a aquellos hombres y mujeres que defendieron el derecho a la vida propia y a la de su entorno natural. Una etapa de nuestra Historia más cercana que aunque superada no conviene olvidar.
Amigos del Patrimonio de Zalamea la Real
Esta conciencia ambiental nació en los habitantes de estas comarcas mineras en defensa de la salud de ellos mismos y de sus campos. Los gases de la actividad minera provocaban una niebla densa “la manta” y una asfixia general, ese día no se podía trabajar y perdían parte del salario. Las calcinaciones de mineral al aire libre trajeron también las primeras lluvias acidas en la historia de España. El resultado era palpable en nuestros campos y aún hoy hay secuelas de ello: cosechas arruinadas y suelos improductivos, sin olvidar la corta desmesurada de árboles para provocar la combustión del mineral.
Mucho se ha escrito sobre esta tragedia en la que muchos zalameños sufrieron la carga a tiro limpio y bayoneta en mano del ejército de Pavía contra la multitud que protestaba en forma festiva contra la quema de mineral al aire libre que producía gases tóxicos sulfurosos. El balance, docenas de fallecidos y desaparecidos.
Este domingo, 4 de febrero, en reconocimiento a aquellos hombres y mujeres que defendieron el derecho a la vida propia y a la de su entorno natural. Una etapa de nuestra Historia más cercana que aunque superada no conviene olvidar.
Amigos del Patrimonio de Zalamea la Real