El pasado jueves 7 de enero, Manolo abandonó este mundo para encaminarse a las alturas celestiales. Atrás nos deja su recuerdo, su inolvidable forma de ser, introvertido y bohemio como buen artista. Su impresionante legado hace que juegue con ventaja, ya que después de abandonado este mundo siempre quedará constancia eterna de su paso por él, gracias a que aquí queda parte de su persona, toda su obra. Su profunda Fe, si la cual posiblemente no hubiera podido ejecutar toda la extensión de su obra.
Dios te dotó con el don de convertir en arte todo lo que tus manos tocaban, fue tanto lo que en ti derramó que de tus manos salió Su Propia Imagen, Nuestro Padre Jesús Nazareno, tu obra maestra. Hoy tu cuerpo yace inherente bajo los pies de Tu Nazareno, y tu alma gozosa disfruta de su presencia en lo alto de los cielos.
Nosotros por tanto te decimos nuestro último adiós, dándote de nuevo las gracias por todo lo bueno que nos ofreciste.
Hermandad de Penitencia