lunes, 14 de enero de 2008

Segunda victoria consecutiva del Zalamea, 1-0 frente al Campillo

El Zalamea CF logra su segunda victoria consecutiva y abandona el último puesto de la clasificación. A base de casta, y con una defensa sólida logró vencer al Campillo en una tarde de perros. Rubén materializó el gol de la victoria y realizó la mejor jugada del partido en los últimos minutos.

En la tarde de ayer, los aficionados que nos dimos cita en el Perea Anta pudimos presenciar un derbi con todos sus componentes; entrega desde el pitido inicial, juego trabado y con muchísimas faltas, trío arbitral desquiciado, y sobre todo emoción, mucha emoción sobre un terreno embarrado por el agua caída durante todo el encuentro.


El campillo llegaba al partido de la máxima rivalidad con 6 puntos de ventaja sobre la escuadra zalameña, pero tras la victoria local, las cosas quedan muy igualadas en la zona baja. El Cumbres Mayores (próximo rival zalameño) ocupa la última posición tras caer por 8-2 frente al Valverde. Buena oportunidad para que los chicos de Juanma, con la moral por las nubes, escalen posiciones en la tabla.



El choque comenzó con un intenso ritmo, ya que los jugadores zalameños querían desquitarse del 3-0 infligido por el Campillo en la primera vuelta. Pero el equipo visitante, no quiso ser menos y con dos ocasiones claras impuso respeto en el terreno de juego. La transformación del equipo zalameño se vio patente en este momento de partido, en otra ocasión, ante las acometidas visitantes, se hubieran venido abajo, pero ahora, nuestro equipo sabe resarcirse de los momentos complicados y hacerse con las riendas del encuentro. Los jugadores zalameños supieron ejercer presión en el centro del campo con mucho sentido, en especial Rubén que se hizo dueño y señor de su parcela.
El Campillo se veía superado por la presión zalameña y los ataques se sucedían por ambas bandas y por el centro cuando se robaban balones. El Campillo se limitó a defenderse y a cortar el juego con faltas, en una de estas llegó el gol zalameño. Una falta en la frontal de área, que no representaba mucho peligro, fue lanzada por el “mago de dos Hermanas” para alojarse, tras desviarla un defensa, en la meta campillera. Eclosión de alegría entre los jugadores y en los aledaños al terreno de juego; la primera victoria en casa estaba más cerca. De aquí hasta el descanso el zalamea quiso incrementar la renta, pero no estuvo acertado en los metros finales. Justo antes de meterse en los vestuarios, Juan Centeno, en un mal movimiento se lesionó la rodilla y se retiró cojeando del terreno de juego. En el intermedio creció la incertidumbre, ya que la escuadra zalameña no cuenta con portero suplente. Pero todo quedó solucionado en los vestuarios y Juan se dispuso a continuar totalmente restablecido de sus problemas.

La segunda mitad dio comienzo con un tanteo por gobernar la medular, pero los campilleros, en esta ocasión, se hicieron amos de la parcela y el Zalamea retrocedió buscando salvaguardar su retaguardia e intentar montar contragolpes con peligro.

El partido se endureció y el árbitro, mal asesorado desde la banda, comenzó a poner a los jugadores más nerviosos de lo que estaban. Continuas faltas, protestas, tarjetas…el partido había entrado en una fase desquiciada, donde las tácticas desde los banquillos no valían para nada, un derbi en estado puro y con la emoción de un marcador ajustado.

Los ataques visitantes morían en las inmediaciones del área local y tan sólo creaban peligro con balones colgados o en saques de esquina. En esta faceta destacaron tres jugadores zalameños, José, Oliva y Jesús, que derrocharon casta y coraje en los momentos más complicados del partido. El campillo dejaba espacios que los jugadores rápidos locales tenían que aprovechar; Pirulo dispuso de alguna que otra oportunidad para crear peligro y sentenciar el partido, pero el exceso de individualismo truncó la mayoría de los ataques. A destacar una gran jugada de Rubén, que tras recorrerse más de veinte metros con el balón pegado al pie y salteando defensas, se plantó delante del meta campillero; pero la falta de fuerzas y el estado del terreno le jugaron una mala pasada y echó incomprensiblemente el balón fuera. Bonita jugada del nazareno que hubiera sido la culminación a su buena actuación.

De esta manera y con 7 minutos de descuento finalizó el partido para alegría de una plantilla, que tanto necesitaba estas victorias para recompensar todo el esfuerzo que vienen realizando a lo largo de la temporada.