Ya pasaron los dias de la novena, pero aun nos quedaba lo mejor, que como postre de la fiesta se nos reservaba para el último día. Un aluvión de actos encadenados se iban a desarrollar en apenas 12 horas, pues, no obstante, estábamos inmersos en el día de San Vicente Mártir, aquel santo que nuestros antepasados y antepasadas eligieron como patrón de todas esas distintas zalameas que durante todos los siglos han ido formando la idiosincrasia de lo que actualmente es nuestro pueblo. Así y cumpliendo con la promesa que esta tierra le hizo a su intercesor en el cielo, a esa imagen que representa la bondad y la fuerza de la fe en Dios, los zalameños honramos el pasado 27 de enero a nuestro patrón.
La noche del sábado tras la santa misa y el octavo dia de novena tuvo lugar el solemne besamanos del santo, al que como es habitual acudieron numerosos zalameños que besaron la mano derecha del santo antes de ser subido a su paso tras dos intensas semanas en la Parroquia. Y tras ser adornado su paso se dio paso al nuevo día, en este año resplandeciente, al contrario del año pasado, que la lluvia frustró tan amargamente. Es por ello que las ansias se vieron acrecentadas por ver al Santo por las calles de su pueblo. A las nueve en punto de la mañana y bajo el resonar de los cohetes, la calle de la plaza fue la cita para el comienzo de la diana, que la banda Don Justo Ruiz comenzó con el célebre pasodoble “Nerva”. La alegría de sus sones inundaron la calle Ruiz Tatay, calle Huelva, calle Ancha, Cervantes, San Juan, Tejada, plazuela del Jardín, Don Juan Díaz y Olmos para así llegar a la puerta del mayordomo del 2008; Vicente Vázquez Zarza. Fue una de las dianas mas concurridas de los últimos años, en opinión de muchos de los asistentes a ella que, habitualmente, cumplen con esta cita zalameña. Una vez entrado en calor con el reconfortante sabor del café y el chocolate, acompañados por innumerable número y variedad de dulces, y tras el típico baile del pasodoble por los mayordomos y aquellos valientes que quisieron seguirlos, la banda de música concluyó la diana en las puertas del Ayuntamiento. Así y sobre las diez de la mañana, se daba un pequeño paréntesis hasta las doce que era la Solemne misa del dia grande de San Vicente, que este año ha sido presidida por el obispo de Huelva, Don José Vilaplana, debido a que la festividad de San Sebastián, patrón de Huelva, no coincidió en esta ocasión con la de san Vicente. En este acto religioso actuó la coral de Zalamea la Real y se rezó el último dia de novena al Santo, entonándose las coplas antiguos del Santo, con su famoso estribillo que reza: “Séd nuestro fiel protector Padre Nuestro San Vicente”.
A continuación de este acto, aquellas personas que quisieron acompañar al mayordomo y la mayordoma al almuerzo popular que se realizó en el bar la noria, disfrutaron de una maravillosa mediodía entre el calor que comenzaba a apretar a esas horas.
A eso de las cuatro y media comenzó a dirigirse todo el pueblo a las puertas de la iglesia para ver la salida en procesión del Santo, en su visita a las calles del pueblo, especialmente a la casa del mayordomo y las puertas del Ayuntamiento, acompañado de todas las hermandades y autoridades del pueblo, y entre los sones de la banda Don Justo Ruiz. Con todo ello, la tarde avanzó concluyendo con la llegada del Santo a su Ermita. A las cinco y a la vez que ésta procesión, se llevó a cabo el tradicional chocolate en beneficio de Manos Unidas en el salón Parroquial. En cuanto a la procesión, el Santo volvió a parar en las puertas de aquellos zalameños que lo pidieron y que lo esperaban en ellas debido a sus avanzados años o a su enfermedad y que vieron recompensados sus rezos ante la llegada de su patrón ante sus puertas. Las del mayordomo fueron testigos de uno de los momentos más emotivos, cuando los costaleros prácticamente introdujeron al santo en el interior de la casa en la estrecha calle olmos, entre el aplauso de los zalameños que allí estuvieron presenciando este instante, al que la banda de música Don Justo Ruiz acompañó con los sones de la marcha “San Vicente, patrón y mártir” en la subida a la calle y que ensarzó con “Madre Hiniesta”, en homenaje a la mujer del mayordomo de este año perteneciente a esta Hermandad sevillana, con la que el santo se despedía de su mayordomo 2008.
Las calles San Vicente, Cabezo Martín y Barriada de San Vicente fueron las últimas en observar la imagen del santo antes de entrar en su Ermita un año más, hasta que en el ya nacido 2009, volvamos a ir a renovar nuestra fiesta de San Vicente. Pero eso, no será ya hasta dentro de un año entero, que esperemos que San Vicente llene de alegrías en las casas de todos los zalameños y zalameñas, mientras sigue resonando en nuestra memoria esas coplas zalameñas que a lo largo de los nueve dias han podido escucharse en la iglesia parroquial en sus cultos anuales:
“La vasta limitrofía,
de Tu amada Zalamea,
sea lugar, villa o aldea
en tu protección confía.”