Lo que está ocurriendo en España en los últimos meses no tiene nombre, dicen algunos, pero sí que lo tiene, y es Democracia, con mayúsculas. A principios de año, nadie, y repito, nadie hubiera barruntado la convulsión política que estos días vivimos en este país. Según las encuestas del CIS acerca de la intención de voto de los españoles, PODEMOS es ahora la nueva fuerza política, y no porque sea nueva, ya que la democracia y el poder del pueblo siempre ha estado ahí, pero mancillado, explotado, pisoteado y humillado por la clase política, por esos a los que cada vez más personas gustamos, por merecimiento, de llamar casta, y que ahora están verdaderamente acojonados ante la posibilidad de que el tinglado que tienen montado entre todos ellos se les venga abajo, como es lo que está ocurriendo. Les estamos desmontando su podrido sistema de sobres y cajas B, de prevaricaciones y cohechos, que, visto desde el prisma de la calle no es otra cosa que robar el dinero que es de todos, le llamen como le llamen los juristas.
Ponemos cada cuatro años nuestra esperanza en manos de unos cuantos que confiamos nos sirvan y representen de la manera más eficiente y honesta posible (es en lo que todos confiamos a la hora de votar, tengamos el color político que tengamos), y ¿qué nos encontramos más tarde? Ladrones. Y ladrones sin vergüenza alguna, que es aún peor, que desvían la atención mediática hacia otros asuntos, ladrones que echan la culpa a otros, ladrones que pretenden dar lecciones de moral y ética a otros ladrones, e incluso ladrones que piden inútilmente perdón a la ciudadanía por estar rodeado de ladrones. Es una esperpéntica paradoja institucional.
Y esta casta de politicuchos sin escrúpulos tiene la desfachatez, después de todo lo sabido y lo que falta por saber de ellos, de representar una bochornosa pantomima asegurando que van a atajar la corrupción, que van a poner medios para que los garbanzos negros queden fuera, pero, visto lo visto, pocos garbanzos quedan en su olla que no sean, cuanto menos, oscuritos, oscuritos… Es la Prensa, en mayor medida, la que está destapando las tramas que estos señores han urdido escondidos tras la confianza de sus votantes, así que no pretendan además echarse flores a través de Fiscalías Anticorrupción (organismo miope donde los haya) y otras argucias cuando ellos mismos han ido creando el caldo de cultivo perfecto para que estos parásitos transgresores puedas campar a sus anchas por la podredumbre institucionalizada que es hoy día el Gobierno de España y sus organismos. La receta incluye, entre otras cosas, callarnos la boca a los ciudadanos a base de decretazos, dejar a la amplia clase media de nuestro país en la miseria (no digamos ya las familias con rentas bajas o nulas) mientras las clases altas se lucran de las desgracias del resto, mientras los bancos nos confiscan bienes para ellos “tóxicos” y nos dejan en la p… calle. Lo que intentan es evidente: volver a los tiempos en que existía la clase pudiente (ellos) y la clase trabajadora (nosotros), poniendo toda la tierra de por medio posible, dejándonos sin derechos, sin dignidad y sin poder adquisitivo.
Y ahora vienen los que abrieron la caja de Pandora, el jodido ojo de Sauron, J.P. Morgan, a decir al resto del mundo que no inviertan en España, que hay un montón de perroflautas con grandes posibilidades de gobernar, y que están dispuestos a tirar de la manta a todos los niveles. Pues sí, estos perroflautas (muchos licenciados, especialistas y mejor preparados que ellos) vamos a tirar de la manta y a deshacernos de ella, para que no pueda tapar más robos e injusticias.
En fin, el origen de PODEMOS es esto y mucho más que todos conocemos: con Felipe González, el caso de los fondos reservados, Filesa, el caso Guerra, Ibercorp, los GAL, Luis Roldán, etc…, con José María Aznar, el caso Zamora, el del Lino, el caso Sanlúcar, Forcem, Gescartera, etc... (Aznar se preocupó de que no fueran casos “demasiado” famosos), con José Luis Rodríguez Zapatero, Jesús Gil y el caso Malaya, el caso Gürtel, Jaume Matas, los EREs, el caso Noos, caso Brugal, etc…, y con Mariano Rajoy, pues no voy a extenderme en lo que ya vamos conociendo día a día en las noticias. Todo lo que roban repercute en nosotros, aunque no nos demos cuenta. Repercute en la farola que no se arregla, en los médicos que no están, en las plazas a medio construir, en escuelas y universidades sin medios, en el paro, etc, etc, etc… Como bien decía Pablo Iglesias al respecto, el PP y el PSOE son los padres del movimiento PODEMOS, es una lógica relación causa-efecto: si nos robas, nos atas las manos y nos amordazas, entonces nos cabreamos y te mandamos a tomar viento fresco (aunque muchos de ellos ya optaron hace tiempo por los frescos aires suizos).
PODEMOS apuesta por volver a enarbolar la democracia tal como fue concebida, como herramienta del pueblo para empoderar su voz. Sabemos que esto cuesta, no es sólo soltar la papeleta en la urna cada cuatro años, sino participar activamente en las decisiones que te afectan de forma directa, lo que no significa que todos nos tengamos que dedicar a la política. Hay muchas fórmulas de participación, y la implicación de cada uno es libre, pero lo que es incuestionable es que hay que tomar las riendas de nuestras vidas. Al igual que llevamos la casa p’alante, hay que proteger y propiciar nuestros bienes comunes, entre los que incluyo los bienes intangibles, como nuestra opinión y nuestro sentido común, pero también nuestras calles, plazas, parques, carreteras, parajes naturales… Todo eso es nuestro, no os equivoquéis, España es nuestra, porque la hemos trabajado y la hemos pagado nosotros, y debemos ser nosotros los que tengamos el poder de decisión, aunque, repito, hay que habituarse a las nuevas responsabilidades que antes no teníamos.
En PODEMOS no estamos faltos de dificultades y dudas a la hora de configurar los círculos y proyectarlos hacia la ciudadanía. A decir verdad, hemos tenido que campear con obstáculos de todo tipo, como es normal pensar de una formación que empieza de cero. Obstáculos imprevistos incluso en el seno del propio círculo por parte de integrantes descontentos con el quehacer del mismo, bien movidos por recelos ocultos, bien mecidos por terceras manos. Bueno, nadie dijo que iba a ser fácil, pero ahí estamos, en Zalamea como en el resto de España, unidos en una cadena de 700 u 800 eslabones, uno por círculo, haciéndonos fuertes contra los “castosos” que nos han manipulado a su antojo durante 32 años (sin contar los 40 anteriores). Es nuestra hora. Aprovechémosla. Juntos, PODEMOS.
José Luis Forero
No hay comentarios:
Publicar un comentario