La aptitud de salida esclaviza al Zalamea en un encuentro loco y disparatado donde ambas escuadras se conformaron con el 2-2 final. Al descanso el equipo de Juanma, con dos menos en el campo, perdía 0-2.
Gran ambiente en el Perea Anta para presenciar el partido de la máxima, que ponía sobre el tapete a dos gallitos de la competición para deliberar sobre el prometedor arranque de temporada de ambos. Numeroso público desde El Campillo, y puesta en escena del “Frente Pardo”, un grupo de jóvenes zalameños que pretenden constituir esta peña del Zalamea CF y animar tanto en casa como en los desplazamientos que estimen oportuno. Ataviados de bombos y trompetas no cesaron de animar en todo el partido.
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Muy mala primera parte del Zalamea en el choque ante el Campillo. Los rojillos volvieron a regalar los primeros cuarenta y cinco minutos del choque, estando muy poco metidos en el encuentro y con muy poquita concentración, lo que llevó a varias pérdidas de balón en el centro del campo, contras que no tuvieron apenas peligro para la meta de Juan, salvo la que provocó un disparo de un punta campillero desde media distancia y que entró, pese a la estirada, inexorable por el palo largo. 0-1 a los 15 minutos, jarro de agua fría para la afición local y regocijo en el banquillo visitante, que daban instrucciones para seguir a Luque de cerca marcándolo al hombre. El entrenador visitante entendía de esta manera que el juego de ataque zalameño pasaba en gran medida por las botas del pequeño punta, y no quería dejarle metros para que la inspiración local se viera mermada.
Fue a partir del gol encajado cuando el conjunto de Juanma empezó a elaborar algo de juego atacante, y las ocasiones llegaron claras para conseguir el empate. El Zalamea volvió a recordar años de sequía, donde las ocasiones no se materializaban; y en estos minutos Luque (solo a placer de cabeza), Isaac (toda la portería para él con el interior) y Portu (al palo tras unos rechaces), no pudieron variar el marcador fijado hasta entonces. Para colmo de males, y trayendo al presente pasajes anteriores, que parecían olvidados este año, penalti a favor del Campillo. José, muy desasistido en su banda y sin apenas ayuda, pierde un balón que se convierte en una contra mortal de necesidad para la escuadra blanquiazul. El balón llega franco al área y Eloy, bajo palos e impotente, se estira épicamente para interceptar el potente chut que buscaba la red local. El balón da en el brazo del lateral y el árbitro, cual losa de hormigón, se dirige al punto de penalti para decretar la pena máxima.
Segunda a Eloy, que ya tenía otra por una entrada en su banda y expulsión. En estos momentos, y desde la lejanía, se suceden una seria de protestas donde se ve involucrado en gran medida Isaac, al parecer los jugadores zalameños habían visto reírse al trencilla cuando éste le mostraba el camino de la caseta a Eloy. Isaac que se reiteró en la protesta fue expulsado con doble amarilla y el Zalamea se quedó en la misma jugada con dos menos para afrontar todos los minutos que faltaban hasta el final. Desde los 11 metros, gol del Campillo. 0-2 en el marcador, se llegaba al descanso y la tarde se tornaba gélida y oscura.
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Juanma deja en la caseta a Migue y da salida a Meka buscando más llegada y velocidad. Tras la disputa de los primeros minutos, desazón en la grada local, que veían como el Campillo, con muy poco, podía aumentar su cuenta goleadora. Pero los focos se encendieron, la noche se echó como un manto y las meigas hicieron su función a partir de ese momento (cosa de locos). En el fútbol hay veces que no encuentras explicación y se dan connotaciones que te hacen ver posible lo imposible. Tras una gran parada de Juan que dejó a la grada sin aliento, internada de Luque (que bravo el punta) como un puñal hasta el corazón del área, agarrón de la camiseta y…penalti más expulsión. Luque se encargo de tirar el lanzamiento desde la plagiada cal y gol para acortar la ventaja. Dentro de la red, conato de trifulca y nervios por llevar el balón al centro del campo. (1-2) El público se vino arriba creyendo en la remontada y el Frente Pardo agitó bombos para alentar a los nueve valientes que se batían por la roja.
Minutos de desconcierto generalizado, ni patrón ni marinero, las pizarras se van al garete y el corazón se impone a la cabeza. El Campillo, que se veía ganador, se ve inmerso en dudas y el Zalamea espoleado desde la grada se impone con velocidad y garra desde el centro del campo para montar contragolpes sobre la meta rival. Desde la cueva, José corta un balón y sale como una flecha sorteando todos los rivales que le salen al paso, en plena carrera y con la grada levantada, una fuerte entrada por detrás lo frena en seco.
Protesta generalizada e inteligente sobre el colegiado y roja directa al jugador campillero. A renglón seguido, y con un público entregado a la causa, Carlos saca una falta sobre el área visitante, tocadita y bombeadita, sin mucho peligro; el portero, seguro de si mismo, estira sus manoplas…y sorpresa, cantada dejando el balón franco a Pablo, que sólo tiene que empujarla de cabeza al fondo. Locura colectiva en la cancha y la grada, nadie da fe a lo que ha sucedido en la segunda mitad; 2-2 en el marcador y ambas escuadras con nueve sobre el campo.
Faltaban 15 para el final y el equipo local creía en la victoria; de esta manera, Carlos asumió galones e intentó conectar con Luque una y otra vez. Portu, muy mermado físicamente, tuvo que retirarse tras una fuerte entrada y en su lugar saltó Xavi. En los minutos finales dos oportunidades claras para haber conseguido la victoria; Rafa no supo rematar un balón en el segundo palo y Meka desde la frontal con tiro fuerte y centrado no pudieron materializar la hazaña.
Finalmente se llegó al final con el empate a dos en el marcador y ambas escuadras entraron a los vestuarios dando por bueno el resultado. Habría que corregir ciertos aspectos negativos que desprende el encuentro de ayer frente al Campillo si se pretende conseguir este año cotas más altas.