domingo, 22 de noviembre de 2009

La contienda del Camino Real (Gran conflicto en El Villar de 1.918)

La vida de las Aldeas, no por ser pequeños reductos olvidados, han estado llenas de complejidades. El Villar no es menos cierto que hasta bien entrado el siglo XX la vida social estaba anclada en el tiempo Medieval. Sirva este comentario anecdótico como ilustración de las cosas que pasaban en las Aldeas.

Los antiguos hombres del campo, eran muy dados a las contiendas por motivos de los caminos, las lindes, los robos, los ganados, los abrevaderos etc. Constantemente estaban ensalzados con alguna disputa y las diferencias las extremaban a veces a límites de lo increíble.- Hasta despreciaban las leyes y lo resolvían empleando la fuerza.

Entre los años 1.918 y 1921 se produjo un gran sabotaje en El Villar, cuyo episodio generó una gran tensión en la vida de la Aldea. El caso rodó desde el Ayuntamiento que no era capaz de poner orden, hasta el Juzgado de Instrucción de Valverde que vio como la ira de los aldeanos despreciaban la Ley y la vulneraban. Esto dio mucho que hablar, por la trascendencia y a los límites que llego. La gente de la Aldea se dividió en dos bandos.- Uno con una actitud vehemente, liderado por Marina Castilla Pérez y Josefa Rabadán Gil.- El otro se mostraba con prudencia y buen juicio, más bien comprensivo con las razones del perjudicado José Antonio Gómez Rodríguez "El Madrión". Éste hombre era el mayor hacendado de El Villar, persona serena y talentosa.

Junto al Camino Real (camino de herraduras) que unía El Villar con Zalamea, El Madrión, poseía una parcela de tierra de 15 Has al sitio de Corral de Elvira, muy próximo a la Aldea. José Antonio Gómez, acogiéndose al derecho de cercar las fincas, contemplado en el Articulo 388 del Código Civil, se dispuso a construir una pared de piedra, en la cual participó una cuadrilla de obreros portugueses. La construcción duró dos años. La última fase de este trabajo fue bordeando el camino mencionado que a la vez formaba linde con la pared de unas parcelas de Marina Castilla y Josefa Rabadán.

El Madrión a instancias del Ayuntamiento, dejó un callejón de 15 metros de anchura en la servidumbre, que era el límite que le obligaba la Ley. Las citadas Marina Castilla y Josefa Rabadán ya tenían antecedentes de disputas con El Madrión en un pleito anterior por el daño que causaron unos cerdos en la finca de éste hombre, el Juzgado Civil de Zalamea falló a favor de José Antonio y fueron condenadas a indemnizar al perjudicado con una peseta cada una. A raíz de esto vieron el momento ideal para vengarse de él haciéndoles todo el daño que podía. La cosa se fue caldeando, y estas dos ciudadanas que sentían una adversión frente a José Antonio, agitaron a media Aldea haciéndoles creer que eran victimas de la soberbia y altivez del El Madrión y decías que por su influencia, el Ayuntamiento estaba rendido a sus pies. Marina Castilla era una persona pendenciera, siempre llevaba una vara al hombro como medida defensiva y su actitud era provocadora; aunque dicen que su talla apenas superaba el metro y cuarto de altura.


Debido a la campaña de intoxicación que estas dos ciudadanas propagaron en contra de José Antonio, a Marina Castilla y Josefa Rabadán se fueron sumando cada vez más gentes, exigiendo que el citado Callejón debería tener más anchura. Las amenazas no paraban, advirtiendo los instigadores de que si no retranqueaba la pared se la derribaban. El Madrión se basaba en las pautas que le había marcado el Ayuntamiento; estaba amparado por la Ley. Pero ello no sirvió de nada; este grupo de villarejos se tomó la justicia por su mano.- Una mañana temprano al apresurarse José Antonio a su recién construida Cerca Corral de Elvira, observa con espanto que le han derribado toda la pared del callejón (unos 300 metros). Los autores del brutal sabotaje actuaron de madrugada, unos 40 hombres villarejos al mando de D. Eusebio González Delgado, el Maestro de escuela de El Villar, (yerno de Marina Castilla) hombre que gozaba de un gran respeto ante el vecindario.

Unos años antes D. Eusebio, el Maestro, el 29 de Diciembre de 1.902 fue nombrado por el Arzobispado de Sevilla, Notario Eclesiástico de la Parroquia de El Villar a instancia del Cura que lo certificó Don. Claudio Márquez Moreno, decía que era un hombre con una conducta intachable y hacía honor a su pasado.- Pues este honorable villarejo, de profundas convicciones religiosas fue el que capitaneó bajo su mando el grupo de hombres que derribaron la pared de José Antonio. El caso llego a los Tribunales de Valverde; el Cura y la Vicaría mediaron en favor del Maestro, gracias a esa protección se libró de ir a la cárcel.

Esto fue considerado por el Ayuntamiento como un hecho gravísimo que no tiene calificativo. Al día siguiente José Antonio Gómez acudió a los tribunales a denunciar el caso y Josefa Rabadán Gil se había adelantado presentando una demanda de Interdicto, juicio posesorio y sumarísimo donde acusaba al demandado de haberles cortado el paso “sin ser cierto”. El Madrión como hombre de gran sabiduría, además de ganar el pleito en el Juzgado de Valverde, por su cuenta retranqueó la pared unos metros; así se evitaba de otro sabotaje. José Antonio demostró una gran sensatez y prudencia. Este caso fue un vil atropello contra El Madrión, fruto del odio y el rencor que le profesaban sus adversarios.

Don Eusebio González Delgado, Maestro de escuela de la Aldea, era yerno de Marina Castilla, (una de las demandantes) y dio un pésimo ejemplo como ciudadano. Está claro que el mundo es un espacio hostil y engañoso, siempre ha prevalecido la apariencia frente a la virtud y la verdad. El Maestro de escuela de El Villar, Don Eusebio quedó claramente despojado de sus virtudes.

Historias de El Villar. Huelva, 2.005. Emilio Gómez Calvo.