EMED Tartessus, empresa que promueve un proyecto de recuperación de Minas de Riotinto en la provincia de Huelva, ha reclamado a la Junta "sentido común" y que no dilate más el proceso tras cuatro años de espera, al tiempo que ha confiado en tener en octubre el permiso necesario para empezar los trabajos.
El vicepresidente de EMED España, Fernando Fernández Torres, ha comparecido hoy en rueda de prensa en Sevilla para denunciar el retraso en la concesión de los permisos a dicho proyecto por parte de la administración andaluza y ha asegurado que el proyecto Cobre las Cruces, que se lleva a cabo en la provincia de Sevilla, tuvo más "transparencia y ayuda de la Junta".
Precisamente, la cúpula directiva de RCF (Resource Capital Funds), principal accionista de EMED Mining (de la que es filial EMED Tartessus), ha reunido hoy en Sevilla a las cincuenta instituciones inversoras del proyecto en la cuenca minera de Huelva.
Los máximos representantes de RCF y EMED Mining han expuesto el "enfado" de los inversores por el retraso en la concesión de los permisos para el arranque de los trabajos en Riotinto -mina que está sin explotar desde el año 2000- tras haber realizado unas inversiones desde 2007 de cerca de noventa millones de euros.
El vicepresidente de EMED Tartessus ha cuestionado que se pueda invertir con garantías en Andalucía y se ha preguntado dónde está el problema, porque la solvencia técnica y económica y la "buena fe" de la empresa está ya "despejada", ha asegurado.
En este sentido, ha apelado al "sentido común de la presidencia de la Junta" para que desbloquee el proyecto minero en Riotinto porque de lo contrario Andalucía y España "verán seriamente afectada su credibilidad" entre los inversores internacionales.
Además, ha subrayado que la solución para generar empleo y riqueza a una zona deprimida como la cuenca minera de Huelva pasa por este proyecto de EMED, y ha indicado que se crearían unos 1.000 empleos en la fase de obra de la planta y posteriormente la plantilla sería de unos 450 trabajadores (la empresa ha recibido por ahora más de 4.000 curriculum).
La inversión necesaria para poner en marcha la planta minera ronda los 65 millones de euros y se han calculado unas reservas de cobre para unos catorce años, aunque hay zonas por explorar y se podría alargar unos cinco o diez años más.
El plazo calculado por la multinacional para recuperar la inversión es de unos cinco o seis años, si bien entiende que el retraso en el arranque le supone un lucro cesante importante por los años en los que el cobre ha alcanzado valores alto en el mercado.
Según el directivo de EMED Tartessus, la empresa había previsto obtener la autorización en unos dos años, por lo que la demora le supondrá un sobrecoste de entre 30 y 40 millones de euros.
La multinacional gasta al mes un millón de euros como mantenedor único de las balsas de Riotinto, pero no tiene reconocido los derechos mineros, y de los recursos que lleva gastado en estos cuatro años le ha reclamado judicialmente su parte a los otros propietarios de la mina (Rumbo 5 y Zeintung).
Actualmente, EMED Tartessus está a la espera del pronunciamiento de la Junta, en concreto de Medio Ambiente, sobre las mejoras y ampliaciones introducidas en el proyecto básico, que le han supuesto un impacto económico de unos 30 millones de euros adicionales.
Para resolver esta cuestión está habiendo reuniones entre los técnicos de la empresa y de la Junta -precisamente hoy hay una-, y EMED confía en que no surjan nuevas peticiones de modificación del proyecto.
El vicepresidente de EMED Tartessus ha subrayado la "buena fe" de la empresa y ha añadido: "Si se nos hubiera dado el mismo trato que a los que llevaron a la empresa a la ruina seríamos felices".