Desde mi posición como maestra, quiero dar a conocer mi opinión y la de la mayoría de mis compañeros/as sobre la nueva ley de “calidad educativa” ofertada al profesorado. Nos sentimos, cuanto menos ofendidos ya que, nos consideramos unos profesionales de la enseñanza y de la educación. Interpretamos que es una manera vil y rastrera de comprar al profesorado con una determinada cantidad de dinero. No saben cómo afrontar, no el fracaso escolar que es importante y nos sitúa en la cola con respecto a otras comunidades, sino su propio fracaso con respecto a la ley de educación, ya que no han sabido aplicar ni dotar a los centros de recursos, tanto humanos con personal, como materiales.
Con esta medida, sin duda subirán los índices de aprobados, que es lo que realmente le importa a la Administración; al fin y al cabo, tanto los profesores como los alumnos/as no somos más que números, pero no tienen ni idea de lo que es la educación, de las necesidades que hay en los distintos centros, de las situaciones y frustraciones que sufrimos los docentes a veces cuando vemos que, en nuestra lucha diaria, nos faltan medios y no contamos con esas ayudas para llevar a cabo los refuerzos pedagógicos y la enseñanza individualizada que tan bien queda escrita en los papeles.
Dejen que les recordemos qué podemos hacer para mejorar la educación y en qué pueden emplear “ese incentivo” que señalan:
-Más profesores de apoyo.
-Monitores de Educación Infantil y de Educación Especial.
-Disminuir la ratio por aula.
-Dotar a los centros de material y recursos para tratar las necesidades de los niños.
Solamente con estas cuatro cosas, podríamos mejorar entre todos la calidad educativa. La oferta es muy golosa, y bien podríamos aceptarla ya que, trabajar trabajamos, y nos preocupamos diariamente por nuestros alumnos/as, pero no estamos dispuestos a “maquillar” las cifras de las que tanto se aterran y lamentan. Además, nos hacemos una pregunta:¿cómo vamos a conseguir esa mejora siendo los mismos maestros/as, trabajando las mismas horas y disponiendo de los mismos medios?.¡Es imposible! Tal vez lo conseguiríamos empleando el dinero en nuestras aulas y contratando a más personal.
La realidad es la que estamos viviendo. Niños/as que no leen, que no saben hacer una redacción, que no saben buscar información e interpretarla, que no tienen interés por aprender,…, pero no es nuestra culpa, es de la sociedad que nos bombardean con las nuevas tecnologías; es de las familias que, sin poder, les compran lo últimos teléfonos móviles y les permiten estar enganchados en Internet y videojuegos a todas horas. En definitiva, es el no saber hacer un uso adecuado de los avances tecnológicos. Pero, ¡no es culpa del profesorado!.
Nosotros nos implicamos diariamente en mejorar la calidad educativa, pero ¿y las demás instituciones? Esperamos que nuestra opinión os sirva de algo y os ayude a reflexionar.
Eva María Vélez Pichardo. Maestra del C.E.I.P. “LA RÁBIDA” EL CAMPILLO.
Dejen que les recordemos qué podemos hacer para mejorar la educación y en qué pueden emplear “ese incentivo” que señalan:
-Más profesores de apoyo.
-Monitores de Educación Infantil y de Educación Especial.
-Disminuir la ratio por aula.
-Dotar a los centros de material y recursos para tratar las necesidades de los niños.
Solamente con estas cuatro cosas, podríamos mejorar entre todos la calidad educativa. La oferta es muy golosa, y bien podríamos aceptarla ya que, trabajar trabajamos, y nos preocupamos diariamente por nuestros alumnos/as, pero no estamos dispuestos a “maquillar” las cifras de las que tanto se aterran y lamentan. Además, nos hacemos una pregunta:¿cómo vamos a conseguir esa mejora siendo los mismos maestros/as, trabajando las mismas horas y disponiendo de los mismos medios?.¡Es imposible! Tal vez lo conseguiríamos empleando el dinero en nuestras aulas y contratando a más personal.
La realidad es la que estamos viviendo. Niños/as que no leen, que no saben hacer una redacción, que no saben buscar información e interpretarla, que no tienen interés por aprender,…, pero no es nuestra culpa, es de la sociedad que nos bombardean con las nuevas tecnologías; es de las familias que, sin poder, les compran lo últimos teléfonos móviles y les permiten estar enganchados en Internet y videojuegos a todas horas. En definitiva, es el no saber hacer un uso adecuado de los avances tecnológicos. Pero, ¡no es culpa del profesorado!.
Nosotros nos implicamos diariamente en mejorar la calidad educativa, pero ¿y las demás instituciones? Esperamos que nuestra opinión os sirva de algo y os ayude a reflexionar.
Eva María Vélez Pichardo. Maestra del C.E.I.P. “LA RÁBIDA” EL CAMPILLO.