Domingo de pasión, una de la tarde en el templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y San José, el alboroto de las personas paseando por el porche del templo nos hace presagiar que un año más la cita que nos abre las puertas hacia la Semana Santa se hará palabras en boca de un nuevo pregonero.
En 2006 la cita rodea un nuevo nombre zalameño: Francisco Javier Agudo Ruiz ha sido el elegido para ensalzar con sus palabras la Semana Mayor de nuestro pueblo.
Uno de los miembros de la junta de gobierno actuó como maestro de ceremonia (Francisco José Sánchez) que presenta el acto y da paso a la Banda de música Don Justo Ruiz que interpretó la marcha procesional Esperanza Marinera. A continuación el pregón tomó el camino del agradecimiento, que desde la Hermandad se ha tenido para con las personas que restauraron el pasado año al nazareno (Manuel Millán, Bernabé y Quico), a Benita por el regalo de la nueva túnica que lucirá el cautivo el próximo miércoles Santo y a David Bonaños Chaparro (Pachi ) por su colaboración desinteresada a lo largo de los años.
A ti Manué fue la marcha que enlazó este momento con la presentación del pregonero, algo que realizó Jesús González, pregonero de 2005.
Así comenzó y se dio paso al momento más esperado, cuando Francisco Javier inició su caminar hacia el atril que sería el lugar desde donde leería su pregón.
El pregón este año estaba redactado de una forma novedosa. Fracisco Javier Agudo utilizando el género epistolar construyó un pregón dirigido a la figura de su hijo mayor Javier, para con ello transmitirle la visión de una tradición que se asienta en las raices de nuestro pueblo, como es la Semana Santa. Esto se vio reflejado en frases como la siguiente: "No podemos olvidar nuestras raíces para entender lo que somos y donde nos encontramos".
La estructura general del pregón tuvo las siguientes partes:
Con el saludo a Junta de Gobierno y todas las Hermandades y Autoridades comenzó a desgranarse el texto del pregón, que siguió con las dedicatorias y agradecimientos a su esposa Fina, su madre Fé, sus hijos; Javier y Carlos y su amiga Eva serrano.
Tras esto explicó la forma que había dado al pregón y comenzó la lectura de esta novedosa carta que se iniciaba, como no podía ser menos con la fecha del mismo pregón y el lugar donde se producía.
La historia de la Semana Santa en el cristianismo y su influencia en la creación de lo que hoy conocemos como Hermandades y Cofradías inició este pregón novedoso. Esta parte fue titulada como "Los Inicios" y rescatamos de su texto original las siguientes partes: "Verás Javi: Hace mucho, mucho tiempo, en los siglos IV y V, prácticamente recién caído el Imperio Romano y cuando el cristianismo aflora de las catacumbas y sale de sus escondites, a los pecadores, a los que habían cometido pecados severamente castigados por la Iglesia, no se les permitía el paso más allá del portal del templo. Desde allí oían las lecturas y los sermones, teniendo que retirarse después de esta parte de la misa"....."Fueron también de gran importancia, a este respecto, las predicaciones de San Vicente Ferrer un siglo después, en el siglo XV, quien promovió la creación de cofradías de sangre con el título de la Vera Cruz (la verdadera cruz). En sus procesiones, estas cofradías no llevaban otras imágenes más que la de un crucifijo portado por un clérigo." ..."A las Cofradías de la Vera Cruz, auspiciadas por los franciscanos, les siguieron las de la Virgen de la Soledad o de las Angustias, promovidas por su orden rival, los dominicos; así como las de Jesús Nazareno. Estas últimas se convirtieron, sobre todo en Andalucía, en las de mayor devoción y arraigo."..." Entre unas cosas y otras, llegamos, con una gran crisis en el siglo XIX, la interrupción por la guerra civil y el resurgimiento de las cofradías en la posguerra, a nuestros tiempos, a los tiempos que yo viví como espectador privilegiado y partícipe, de la mano del tío Celso, en esta Semana Santa de nuestro pueblo guiada, avivada, defendida, mantenida y gracias a ellos continuada por los hermanos Sabido, Emilio e Ignacio Sabido. "Ya ves Javi, una historia de casi veinte siglos que ha hecho, que hace de la Semana Santa de Zalamea, lo que es, ni más ni menos".
La segunda parte del pregón se titulaba "La Libertad" y versaba sobre aspectos de la vida de Cristo como "Ese hombre al que vemos maniatado, al que parece que le han quitado la libertad, es un hombre libre. Durante mucho tiempo, durante todo su periodo de vida pública, nunca tubo ningún problema en decir lo que pensaba, en expresarse libremente, aunque algunas veces fuera directamente en contra de la institución más poderosa de su época, la religión. Él había entendido muy pronto que nuestro Padre Dios nos quiere tal como somos, que abandonaría a todo su rebaño para buscar a su oveja perdida. Ahora, asume libremente, sin condiciones, las consecuencias de ese mensaje y sabe positivamente que ello le llevará a la muerte, la cual también asume libremente y en la más absoluta de las soledades".
Pasa entonces a la parte denominada "Los Recuerdos" en la que nos ofrece palabras como "Recuerdo que yo, cuando ya no pertenecía a la banda, siempre esperaba la salida de la virgen en la puerta de la iglesia, en el costado derecho del paso con el tío Celso, me acuerdo de los nervios de la salida, lo difícil que ha sido siempre sacar el paso de palio de la Virgen, el esfuerzo de los costaleros que tenían que salvar el umbral de la iglesia..." "El tío Celso y su hermana Soledad eran los camaristas de la Virgen. Semanas antes de la Semana de Pasión, la casa, aquella casa grande y larga, enormemente larga, se ponía patas arriba y empezaban a aparecer caídas, mantos, enaguas, manguitos, sayas, almohadillas y todo lo demás que la Virgen y su paso necesitaban para el miércoles y para los demás días" "En Zalamea, en Semana Santa, no olía a azahar ni a jazmín, en Zalamea, en Semana Santa, olía a clavel. Aquello era un trabajo de titanes, un trabajo que la historia, cuando pasen unos años más, cuando perdamos el sesgo del conocimiento, cuando se analice esa época, desde la objetividad del tiempo se verá la importancia del momento para la continuidad de la tradición."
Traspasa los recuerdos para pasar a hablar de los encuentros, donde se entonaron los cánticos del Stabat Mater en directo y la Banda de Música enlazó con la marcha procesional Virgen del valle.
Tras recordar el momento mágico de El Jardín en la noche del Jueves Santo pasó a recordar los momentos que se viven en la madrugada junto al cristo de la Sangre y posteriormente el Viernes Santo, con nuestra peculiar procesión del santo entierro en la que abordó la posterior Vía Sacra: "Acompañamos, también, a Jesús Yacente y María de la Soledad por las mismas calles que ese mismo Viernes Santo por la noche, recorren los hombres de Zalamea en el ejercicio solemne y piadoso de la Via Sacra, como se ha venido haciendo desde 1776.
En 2006 la cita rodea un nuevo nombre zalameño: Francisco Javier Agudo Ruiz ha sido el elegido para ensalzar con sus palabras la Semana Mayor de nuestro pueblo.
Uno de los miembros de la junta de gobierno actuó como maestro de ceremonia (Francisco José Sánchez) que presenta el acto y da paso a la Banda de música Don Justo Ruiz que interpretó la marcha procesional Esperanza Marinera. A continuación el pregón tomó el camino del agradecimiento, que desde la Hermandad se ha tenido para con las personas que restauraron el pasado año al nazareno (Manuel Millán, Bernabé y Quico), a Benita por el regalo de la nueva túnica que lucirá el cautivo el próximo miércoles Santo y a David Bonaños Chaparro (Pachi ) por su colaboración desinteresada a lo largo de los años.
A ti Manué fue la marcha que enlazó este momento con la presentación del pregonero, algo que realizó Jesús González, pregonero de 2005.
Así comenzó y se dio paso al momento más esperado, cuando Francisco Javier inició su caminar hacia el atril que sería el lugar desde donde leería su pregón.
El pregón este año estaba redactado de una forma novedosa. Fracisco Javier Agudo utilizando el género epistolar construyó un pregón dirigido a la figura de su hijo mayor Javier, para con ello transmitirle la visión de una tradición que se asienta en las raices de nuestro pueblo, como es la Semana Santa. Esto se vio reflejado en frases como la siguiente: "No podemos olvidar nuestras raíces para entender lo que somos y donde nos encontramos".
La estructura general del pregón tuvo las siguientes partes:
Con el saludo a Junta de Gobierno y todas las Hermandades y Autoridades comenzó a desgranarse el texto del pregón, que siguió con las dedicatorias y agradecimientos a su esposa Fina, su madre Fé, sus hijos; Javier y Carlos y su amiga Eva serrano.
Tras esto explicó la forma que había dado al pregón y comenzó la lectura de esta novedosa carta que se iniciaba, como no podía ser menos con la fecha del mismo pregón y el lugar donde se producía.
La historia de la Semana Santa en el cristianismo y su influencia en la creación de lo que hoy conocemos como Hermandades y Cofradías inició este pregón novedoso. Esta parte fue titulada como "Los Inicios" y rescatamos de su texto original las siguientes partes: "Verás Javi: Hace mucho, mucho tiempo, en los siglos IV y V, prácticamente recién caído el Imperio Romano y cuando el cristianismo aflora de las catacumbas y sale de sus escondites, a los pecadores, a los que habían cometido pecados severamente castigados por la Iglesia, no se les permitía el paso más allá del portal del templo. Desde allí oían las lecturas y los sermones, teniendo que retirarse después de esta parte de la misa"....."Fueron también de gran importancia, a este respecto, las predicaciones de San Vicente Ferrer un siglo después, en el siglo XV, quien promovió la creación de cofradías de sangre con el título de la Vera Cruz (la verdadera cruz). En sus procesiones, estas cofradías no llevaban otras imágenes más que la de un crucifijo portado por un clérigo." ..."A las Cofradías de la Vera Cruz, auspiciadas por los franciscanos, les siguieron las de la Virgen de la Soledad o de las Angustias, promovidas por su orden rival, los dominicos; así como las de Jesús Nazareno. Estas últimas se convirtieron, sobre todo en Andalucía, en las de mayor devoción y arraigo."..." Entre unas cosas y otras, llegamos, con una gran crisis en el siglo XIX, la interrupción por la guerra civil y el resurgimiento de las cofradías en la posguerra, a nuestros tiempos, a los tiempos que yo viví como espectador privilegiado y partícipe, de la mano del tío Celso, en esta Semana Santa de nuestro pueblo guiada, avivada, defendida, mantenida y gracias a ellos continuada por los hermanos Sabido, Emilio e Ignacio Sabido. "Ya ves Javi, una historia de casi veinte siglos que ha hecho, que hace de la Semana Santa de Zalamea, lo que es, ni más ni menos".
La segunda parte del pregón se titulaba "La Libertad" y versaba sobre aspectos de la vida de Cristo como "Ese hombre al que vemos maniatado, al que parece que le han quitado la libertad, es un hombre libre. Durante mucho tiempo, durante todo su periodo de vida pública, nunca tubo ningún problema en decir lo que pensaba, en expresarse libremente, aunque algunas veces fuera directamente en contra de la institución más poderosa de su época, la religión. Él había entendido muy pronto que nuestro Padre Dios nos quiere tal como somos, que abandonaría a todo su rebaño para buscar a su oveja perdida. Ahora, asume libremente, sin condiciones, las consecuencias de ese mensaje y sabe positivamente que ello le llevará a la muerte, la cual también asume libremente y en la más absoluta de las soledades".
Pasa entonces a la parte denominada "Los Recuerdos" en la que nos ofrece palabras como "Recuerdo que yo, cuando ya no pertenecía a la banda, siempre esperaba la salida de la virgen en la puerta de la iglesia, en el costado derecho del paso con el tío Celso, me acuerdo de los nervios de la salida, lo difícil que ha sido siempre sacar el paso de palio de la Virgen, el esfuerzo de los costaleros que tenían que salvar el umbral de la iglesia..." "El tío Celso y su hermana Soledad eran los camaristas de la Virgen. Semanas antes de la Semana de Pasión, la casa, aquella casa grande y larga, enormemente larga, se ponía patas arriba y empezaban a aparecer caídas, mantos, enaguas, manguitos, sayas, almohadillas y todo lo demás que la Virgen y su paso necesitaban para el miércoles y para los demás días" "En Zalamea, en Semana Santa, no olía a azahar ni a jazmín, en Zalamea, en Semana Santa, olía a clavel. Aquello era un trabajo de titanes, un trabajo que la historia, cuando pasen unos años más, cuando perdamos el sesgo del conocimiento, cuando se analice esa época, desde la objetividad del tiempo se verá la importancia del momento para la continuidad de la tradición."
Traspasa los recuerdos para pasar a hablar de los encuentros, donde se entonaron los cánticos del Stabat Mater en directo y la Banda de Música enlazó con la marcha procesional Virgen del valle.
Tras recordar el momento mágico de El Jardín en la noche del Jueves Santo pasó a recordar los momentos que se viven en la madrugada junto al cristo de la Sangre y posteriormente el Viernes Santo, con nuestra peculiar procesión del santo entierro en la que abordó la posterior Vía Sacra: "Acompañamos, también, a Jesús Yacente y María de la Soledad por las mismas calles que ese mismo Viernes Santo por la noche, recorren los hombres de Zalamea en el ejercicio solemne y piadoso de la Via Sacra, como se ha venido haciendo desde 1776.
Tras sonar tres toques del llamador del paso de palio de María Santísima de los Dolores, el pregonero con la ayuda de la interpretación de la Banda de la marcha "Sentimiento" nos evocó la subida de la Virgen de la Soledad por la calle la iglesia en su recogida de la noche del Viernes Santo zalameño.
Para concluir, el pregonero ofreció el siguiente broche:
"¿Y ahora qué? ¿A esperar un año para vivir intensamente una nueva Semana Santa?
Más tarde descubriría que todo lo que hemos hablado, todo lo que te he contado, no tiene ningún significado si no se mira desde el punto de vista, desde el prisma de la Resurrección. La Cruz no tiene sentido si no está vacía. La Cruz es gloriosa por la resurrección de Cristo. La espera de los discípulos es una espera angustiosa. Nuestra espera es una espera ilusionada en el triunfo del Señor. Cristo que vence a la muerte y retorna victorioso en esa noche dichosa en la que el Cirio Pascual arde sin apagarse y el lucero de la mañana lo encuentra ardiendo, ese lucero que no conoce el ocaso y es Cristo, el Hijo Resucitado que brilla sereno para toda la humanidad y vive y reina glorioso por los siglos de los siglos. Amen."
Para concluir, el pregonero ofreció el siguiente broche:
"¿Y ahora qué? ¿A esperar un año para vivir intensamente una nueva Semana Santa?
Más tarde descubriría que todo lo que hemos hablado, todo lo que te he contado, no tiene ningún significado si no se mira desde el punto de vista, desde el prisma de la Resurrección. La Cruz no tiene sentido si no está vacía. La Cruz es gloriosa por la resurrección de Cristo. La espera de los discípulos es una espera angustiosa. Nuestra espera es una espera ilusionada en el triunfo del Señor. Cristo que vence a la muerte y retorna victorioso en esa noche dichosa en la que el Cirio Pascual arde sin apagarse y el lucero de la mañana lo encuentra ardiendo, ese lucero que no conoce el ocaso y es Cristo, el Hijo Resucitado que brilla sereno para toda la humanidad y vive y reina glorioso por los siglos de los siglos. Amen."