domingo, 16 de abril de 2006

Crónica de la Semana Santa de Zalamea la Real

Si ya en este diario digital se recogían los detalles de la procesión del pasado Miércoles Santo, en esta ocasión queremos ofreceros una pequeña crónica de las distintas procesiones que tienen o deberían, si el tiempo lo hubiera permitido, recorrer las calles de Zalamea.
El Jueves Santo se abrieron las puertas de la Parroquia a las 19: 30 horas para dar paso a la segunda de nuestras procesiones, en la que Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores fueron acompañados musicalmente por la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora de la Piedad de Salamanca y la Banda de Música Don Justo Ruiz de Zalamea la Real, respectivamente.
El encuentro fue un año más hervidero humano, donde la Virgen se encontró con su hijo, en este figurado camino al calvario que sigue nuestra procesión cuando sube hacia la zona del barrio, donde tras el paso del Nazareno se encontraron ambas imágenes marianas de Zalamea (Dolores y Pastora) entre los cánticos del Ave María por parte de la banda y de todo el pueblo presente allí.
Lluvias de flores recibieron a las imágenes por la recoleta Plaza del Jardín, punto cúlmen del día, donde se dieron cita cientos de zalameños y zalameñas. Desde allí y tras avanzar por la Avenida de Andalucía llegó de nuevo hasta la Iglesia Parroquial para despedirse, hasta un nuevo Jueves Santo, que será el próximo 5 de abril de 2007.
La madrugada del Jueves Santo se llenó del racheado de pies costaleros que llevaban al Santísimo Cristo de la Sangre entre el silencio de las calles y esquinas de nuestro pueblo y la música del trío de capilla.
A las dos de la madrugá más esperada en estas tierras andaluzas, se abrieron las puertas del Templo para que de nuevo los penitentes regaran de cera las calles del pueblo, que entre olor a azahar, fueron recibidos en la antigua Plaza de Talero desde donde se adentraron en las calles que conducían hacia su recogida, algo que se produjo alrededor de las 4 de la misma madrugada, entre el frío que ya se hacía patente entre los que aguantaron hasta el final de dicha procesión.
Los pronósticos para el Viernes Santo se hicieron realidad por desgracia y la tarde se cerró en lluvia. Esto hizo que la Procesión que pone broche de oro a nuestros desfiles tuviera que ser suspendida, por lo que el Santísimo Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Soledad acompañada de San Juan Evangelista tendrán que esperar un nuevo año para pisar las calles.
Así y tras una Vía Sacra lluviosa y con muchas rachas de viento, que hacía desapacible el acto, termino la Semana Santa de 2006, entre la emoción del nuevo paso de María Santísima de los Dolores, la devoción hacia el Nazareno, el respeto y la tradición del Cristo de la Sangre y la tristeza de la no salida del santo entierro. Esperemos que el próximo año tengamos por fin una Semana santa al completo y que el tiempo lo permita.