Tienes el traje arreglado y planchado, hasta el mismísimo detalle, para que la túnica te quede acoplada a tu talla
.
Tu madre lo tiene colocado desde anoche sobre la silla que se encuentra en el comedor. Lo contemplas sorprendido y con cierto respeto antes de irte a la cama. Sobre la almohada repasas todos los detalles de la vestimenta nazarena;
túnica, que por cierto, sales de negro y transmite más seriedad;
el capirote ajustado a tu inquieta cabeza;
el antifaz que tu madre ha recortado para no confundirse de ojos;
el cinturón de esparto, que te queda grande y ¡como pica!; y como no, tu flamante cirio que este año ya lo tienes en casa, para hacerte compañía to
da la semana.
Durante la noche no duermes bien, te despiertas continuamente
nervioso anhelando que llegue cuanto antes
la hora de la procesión. Al despertarte has ido corriendo a la silla del comedor, tu madre descorrió las cortinas de la ventana, y los rayos mañaneros de luz hacen que el traje reluzca en este
Miércoles Santo. – “¿
Sabes a que hora sale la procesión?”...-“ A la tarde, pero ahora tienes que desayunar”…
Le pides a tu madre que te coloque el traje una vez más. Pero te da un no por respuesta y te dice que lo puedes ensuciar.
A las 12:00 decides salir a la calle para quedar con un par de amigos con los que sales en la procesión. –“
Mamá me voy con estos”….-“
No vengas cansado y tarde que luego me das la procesión”……
Te reúnes con tus amigos y os transmitís la emoción y las inquietudes que puedan ir surgiendo más tarde. –“¿
Nos pondrán a los tres juntos?”.....-“¿
Con que paso vamos a salir?”……..
Preguntas que irán
surgiéndote a medida que avance el día, porque todo es nuevo, tu primera procesión y tus primeras sensaciones. Hasta no hace mucho tiempo,
los tambores,
los antifaces negros con esos enormes capirotes y ese
tremendo gentío, te daban miedo. Ahora vas a participar de todo eso y la idea te resulta atractiva y divertida.
A las 18:00 tu madre te manda a duchar, y tú sales presuroso porque sabes que ha llegado el momento. Una vez limpio e inmaculado
tu madre y tu padre empiezan a vestirte con mucha pulcritud. Tus ojos permanecen bien abiertos, casi sin pestañear, mientras que tus padres recelan del mas mínimo detalle, para que todo encaje a la perfección; propio del ritual de un torero al vestirse de luces.
Una vez vestido, te quedas sorprendido de ver como tu padre se cuela
el viejo traje negro en un abrir y cerrar de ojos. Faltaba tu
abuela que al darte un beso te corona como el penitente más guapo….-“
Venga abuela que tengo que estar en el Paseo Redondo media hora antes”.
Te despides de tu familia y
cogido de la mano de tu padre os dirigís al templo con paso firme, agarrantote el antifaz porque sopla una molesta brisa que hace mover tu capirote.
Todo está listo para el estreno, te sientes más tranquilo al ver tus amigos junto a la iglesia.
A las 20:00 , las dos enormes hojas se abren ante ti…. de esta manera, comienza tu andar en
la fe cofrade de tu pueblo…….