lunes, 18 de abril de 2011

A por todas

A falta de dos jornadas para la conclusión de la temporada regular, el Zalamea CF conquistó en la tarde de ayer un puesto para disputar la fase de ascenso a Preferente, merced a su triunfo frente al Nerva CF y a la derrota del Campillo en Riotinto. En lo que resta, los zalameños tendrán que luchar por la tercera plaza con el Encinasola y esperar el rival que le toque del “grupo de la costa”.

Tarde cargada de emociones ayer en el Perea Anta y calurosa en cuento a lo meteorológico. La transcendencia del encuentro se vislumbraba desde el calentamiento, y sobre los jugadores zalameños pesaba la ausencia de Rocha, hospitalizado por un proceso infeccioso desde la pasada semana. En su sustitución estuvo, Chico, un viejo conocido por todos que, en un gesto que lo honra, tomó la responsabilidad de dirigir al equipo desde el banquillo en este partido tan especial y lleno de responsabilidad.

El Zalamea, que venía en buena línea de juego y resultados, saltó al campo algo tenso y en los primeros compases del encuentro, el Nerva comenzó a crear peligro con internadas rápidas por banda. Y justo en estos minutos de desconcierto local, llegó el 0-1 para el Nerva tras el lanzamiento de una falta que se hizo imposible para Juan Centeno. Mazazo para la escuadra rojilla y regocijo nervense cuando apenas habían transcurrido 10 minutos desde el inicio.

Tras el gol visitante, el equipo zalameño quiso tomar el control del esférico y tanto Rubén como Vicente comenzaron a conectar con Pablo, Jairo y Pirulo; había comenzado otro encuentro.









Espoleado por la afición, los locales comenzaron a poner cerco sobre la portería nervense y la ocasiones comenzaron a llegar una tras otra; a destacar las internadas de Pirulo (en excelente forma), un tiro de Jairo que sacó el portero visitante con una palomita y un tiro de Alex al lateral de la red tras un saque de esquina. Desde el banquillo Chico soltaba los nervios y comenzaba a dirigir al equipo en pro de la remontada; el gol no tardaría en llegar. El Nerva, que se había encomendado en tareas defensivas, montaba tímidos contragolpes sobre la portería de Juan Centeno, que tuvo gran acierto cuando detuvo un intento de vaselina que pudo suponer el 0-2.

A reglón seguido y tras un largo saque desde la banda por Pablo Matilla, Alex con habilidad remata en el primer palo para ponerla dentro; 1-1 en el marcador. Con la alegría del empate, el Zalamea siguió empujando al rival y con apenas tiempo a reaccionar Jairo, de toque exquisito, ponía el 2-1 en el marcador tras un buen centro de Pablo desde el costado derecho. Transcurrían los mejores minutos del Zalamea sobre el verde del Perea Anta, a la memoria, tardes de gloría no muy lejanas coincidiendo con la presencia de Chico en el banquillo.

Al descanso se llegó con ventaja en el marcador y con la consigna de no bajar el listón ante un rival que venía a quemar sus barcos a Zalamea.


El calor se mitigó algo en la reanudación con una brisa de viento fresco, alivio para una afición que había acudido en muy buen número a la llamada del club. Una afición que ha sabido estar este año a las buenas y a las maduras y que ha conseguido transmitir su entusiasmo a la plantilla.

La segunda parte se vivió con la satisfacción del deber cumplido, y hay que decirlo bien claro, el conjunto zalameño es hoy por hoy, el equipo que mejor está físicamente y el conjunto que mejor trato de balón tiene de toda la categoría. Todos los respetos, enfrente había un rival complicado, pero las sensaciones que dan los rojillos es que, si hubiera sido necesario, habrían remontado 500 veces más. Honestidad, entrega, clase, y sobre todo ganas de conseguir el objetivo marcado en septiembre.

Para broche el gol de Alex cuando se jugó el físico para hacer el 3-1 en el marcador; el bravo central zalameño hizo alarde de su casta para rematar un buen centro de su hermano Vicente desde el costado izquierdo. Atendido tras el gol por Bernabé y Vicente, llegó a la banda pidiendo hielo con el mentón hinchado por una patada en la cara; grande.

El Nerva perdido por los nervios y la impotencia entró en estado de crispación y un jugador de campo y su entrenador fueron expulsados por el colegiado faltando 10 minutos para el final.

El Zalamea al contragolpe pudo hacer más sangre, pero el partido estaba hecho, la gesta culminada, el objetivo había sido cumplido.