Son casi las 23,55 horas de este Viernes Santo de 2011 y se me ha ocurrido ponerme a escribir estos párrafos para expresar pensamientos que me rondan la cabeza, después de haber visto como la lluvia, la tan necesaria lluvia unas veces, y tan inoportuna otras, ha estropeado y deslucido la Semana de Pasión de nuestro pueblo y desilusionado a tantas personas.
Aquellos que me conocen, saben que no soy muy devoto de esta celebración cristiana, pero eso sí, admiro, valoro y respeto profundamente, todos y cada uno de los trabajos, inquietudes, sacrificios y desvelos, que hacen, todas y cada una de las personas que participan en ella.
Sin embargo me vais a permitir que en esta ocasión dirija mi escrito a unas personas que esta Semana Santa, por la circunstancia ya mencionada, y por otras, no han podido demostrar lo bien que están haciendo las cosas y la van a recordar con cierto amargor. Me refiero a todos y cada uno de los componentes de la Agrupación Musical “Nuestro Padre Jesús Nazareno de Zalamea la Real”.
A ellos les quiero decir, que como Zalameño y aficionado a la música, me siento orgulloso de la labor que están desarrollando; quiero mostrarles mi reconocimiento por el trabajo, la dedicación y el esfuerzo que les está suponiendo llevar a buen termino un sueño y animarles desde mi limitado conocimiento, pero mi plena confianza, a que sigan el camino que se han marcado, un camino de esfuerzo, compromiso e ilusión, que son los requisitos indispensables para alcanzar cualquier meta.
Y al resto del pueblo de Zalamea, especialmente a las personas responsables de la organización de los actos, que quizás, y es mi opinión, las cosas se podrían haber hecho de otra forma. Todos sabemos, que la idea programada era otra, por cierto muy buena, llegar desfilando desde el teatro hasta la Iglesia. Pero ya que ésta no se pudo llevar a cabo, al menos deberíamos haberle dado la oportunidad a la “Agrupación” de que hicieran acto de presencia en la Iglesia el Jueves Santo y hubieran hecho aquello para lo que están trabajando, que es poder expresar con la música, su sentimiento cofrade y hacerlo delante del paso de quien llevan el nombre: su Padre Jesús Nazareno. Estoy completamente seguro, que aunque solo hubieran tocado una pieza musical, por lo bello del escenario y por la cantidad de gente allí congregada con los sentimientos a flor de piel, hubiera sido un momento inolvidable para ellos. Pero no fue así, sino que desde el teatro se fueron cada uno a su casa con las ilusiones marchitas.
Se que habrá personas que estén pensando que a tiempo pasado es muy fácil pensar las cosas, y llevarán razón, pero también es cierto que seguro que hubo personas que sí se acordaron de ese pequeño, pero importante detalle. No olvidemos que los detalles hacen la excelencia.
Mi escrito no pretende, ni ofender, ni juzgar a nadie, pero de todas formas si alguien se siente ofendido, le pido disculpas.
Un cordial saludo y buenas noches
Rafael López Ramos
Abril 2011
Aquellos que me conocen, saben que no soy muy devoto de esta celebración cristiana, pero eso sí, admiro, valoro y respeto profundamente, todos y cada uno de los trabajos, inquietudes, sacrificios y desvelos, que hacen, todas y cada una de las personas que participan en ella.
Sin embargo me vais a permitir que en esta ocasión dirija mi escrito a unas personas que esta Semana Santa, por la circunstancia ya mencionada, y por otras, no han podido demostrar lo bien que están haciendo las cosas y la van a recordar con cierto amargor. Me refiero a todos y cada uno de los componentes de la Agrupación Musical “Nuestro Padre Jesús Nazareno de Zalamea la Real”.
A ellos les quiero decir, que como Zalameño y aficionado a la música, me siento orgulloso de la labor que están desarrollando; quiero mostrarles mi reconocimiento por el trabajo, la dedicación y el esfuerzo que les está suponiendo llevar a buen termino un sueño y animarles desde mi limitado conocimiento, pero mi plena confianza, a que sigan el camino que se han marcado, un camino de esfuerzo, compromiso e ilusión, que son los requisitos indispensables para alcanzar cualquier meta.
Y al resto del pueblo de Zalamea, especialmente a las personas responsables de la organización de los actos, que quizás, y es mi opinión, las cosas se podrían haber hecho de otra forma. Todos sabemos, que la idea programada era otra, por cierto muy buena, llegar desfilando desde el teatro hasta la Iglesia. Pero ya que ésta no se pudo llevar a cabo, al menos deberíamos haberle dado la oportunidad a la “Agrupación” de que hicieran acto de presencia en la Iglesia el Jueves Santo y hubieran hecho aquello para lo que están trabajando, que es poder expresar con la música, su sentimiento cofrade y hacerlo delante del paso de quien llevan el nombre: su Padre Jesús Nazareno. Estoy completamente seguro, que aunque solo hubieran tocado una pieza musical, por lo bello del escenario y por la cantidad de gente allí congregada con los sentimientos a flor de piel, hubiera sido un momento inolvidable para ellos. Pero no fue así, sino que desde el teatro se fueron cada uno a su casa con las ilusiones marchitas.
Se que habrá personas que estén pensando que a tiempo pasado es muy fácil pensar las cosas, y llevarán razón, pero también es cierto que seguro que hubo personas que sí se acordaron de ese pequeño, pero importante detalle. No olvidemos que los detalles hacen la excelencia.
Mi escrito no pretende, ni ofender, ni juzgar a nadie, pero de todas formas si alguien se siente ofendido, le pido disculpas.
Un cordial saludo y buenas noches
Rafael López Ramos
Abril 2011