Entrevista de Kaos en la Red a Juan Barba Robles, Coordinador de la “Coordinadora Cuenca Minera del Rio Tinto para la Memoria Histórica” y Director del Museo Vázquez Díaz de Nerva.
Por tu edad, no viviste el conflicto abierto, pero inevitablemente sentiste los efectos de la posguerra. ¿Podrías contarnos lo mas significativo de esta experiencia?
En el año 1979, fueron las primeras elecciones democráticas en los Ayuntamientos españoles, hasta ese momento y desde la muerte del dictador Francisco Franco, 1975, se fueron dando pasos para avanzar sin traumas a una democracia (la Transición). Muchos jóvenes como yo, con 20 años, estábamos desencantados porque pensábamos que con la muerte del dictador haríamos “la revolución” tan deseada. Militantes clandestinos de partidos de izquierdas que habíamos tenido no pocos problemas por esta causa. Veíamos como esa lucha contra la dictadura que realizamos años atrás, se quedaba descafeinada, no había servido para derrocar al dictador, que moría de muerte natural y los grandes partidos, se formaron, se legalizaron y se unieron para evitar el sonido de los sables de militares que querrían sustituir a Franco, al modo de las repúblicas bananeras de Hispanoamérica. Para nosotros militantes clandestinos, no se cumplía un sueño, ver la España Socialista, con los valores de la 2ª República.
- Háblanos por favor de la opinión que te merecen las políticas relacionadas con la historia de la guerra civil, desde tu experiencia de ciudadano militante y perteneciente a una asociación para la defensa de la memoria histórica.
Hasta hace muy poco, la historia de la Guerra Civil española estuvo escrita desde el punto de vista de los vencedores, incluso hoy en día existen historiadores revisionistas que siguen manteniendo tesis cercanas al antiguo régimen dictatorial (Pio Moa). La transición y los gobiernos democráticos posteriores, contribuyeron a la amnesia sobre estos temas, incluso hoy, tales fueron los lavados de cerebros ejercidos por la dictadura, existe miedo a hablar de nuestros antepasados muertos, represaliados, exiliados o simplemente enmudecidos. Esos gobiernos democráticos (Felipe González y Aznar) dejaron pasar el tiempo y así muchos de los testigos directos de aquella barbarie, ya no pudieron contarnos. Esto era necesario para reescribir la Historia desde el punto de vista de los defensores de la justicia y la libertad. No hicieron posible la reparación de su dignidad como ciudadanos y vivieron hasta el final de sus días con “la mancha”, después de sufrir persecución y cárcel.
Modestas investigaciones, sin medios, editadas por Ayuntamientos y Diputaciones o por los propios autores, fueron hilvanando un tejido social y asociativo que permitió que el gobierno de Zapatero, se sensibilizara con la cuestión y comenzase a apoyarlos para culminar con una ley conocida popularmente como la ley de Memoria Histórica. Que si bien no satisface a todos es un paso de gigante con respecto a la legislación anterior.
- Cuáles son los problemas de la España actual que personalmente atribuirías como herencia del conflicto fratricida, ¿qué falta aún por hacer en este sentido?
Consecuencia de las políticas de represión primero y de amnesia después son el miedo que aún esta instalado en lo más profundo de las generaciones de los más mayores. Justicia, reparación y verdad es lo que pedimos los movimientos asociativos. Desarrollos de la ley que permitan la anulación de los juicios sumarísimos ilegales cometidos en el franquismo, reparación moral a los represaliados y a sus familias. Apertura de fosas comunes y enterramientos en campos y cunetas, sin los impedimentos que la propia ley está poniendo a las asociaciones, los Ayuntamientos, los familiares y jueces. No se trata solo de colocar monumentos conmemorativos sino de, a través de la verdad hacer justicia, que los familiares de muertos y represaliados puedan enterrar con dignidad a los suyos.
Y una abierta: ¿Qué te gustaría en especial que te preguntase sobre ese tema y cuál sería tu respuesta?
¿Cómo ves el futuro del Movimiento para la recuperación de la Memoria Histórica? En la situación en la que se encuentra el movimiento por la Memoria, exigiría que las instituciones locales, provinciales, autonómicas y estatales, apoyaran con más fuerza y medios a familiares y colectivos para poder conseguir la reparación deseada. La iniciativa frustrada del juez Garzón, que se personó en la causa de todos y creó un comité de expertos para levantar las tumbas en cunetas y fosas comunes ha hecho mucho daño al movimiento que ahora tiene que depender de Ayuntamientos y jueces locales no siempre sensibles a la justicia y la verdad, y más partidarios del olvido. Como canta Víctor Manuel "Como voy a olvidarme si el olvido es mi memoria…, solo olvidan los bobos. Que rescriben la historia. Para borrarlo todo…"