lunes, 1 de octubre de 2007

Los pupilos de Esteban carecieron de experiencia

Repilado y Zalamea protagonizaron un entretenido partido en el estreno liguero de la categoría, mostrando una actitud ofensiva encomiable, de ahí los seis goles que se tradujeron en un empate a tres final.

Los dos equipos mostraron todo su entusiasmo para agradar en el arranque liguero con un juego frenético desde el pitido inicial. Seis goles y pudieron ser muchos más, a tenor de las numerosas ocasiones que tuvieron para ampliar sus respectivos guarismos.
Justo, por lo tanto, el resultado final en el que tuvo mucha culpa la falta de experiencia de los pupilos de Esteban para matar un partido en el que se habían puesto por delante en dos ocasiones.

Fue el Repilado quien saltó al campo con mayor profundidad en el juego. Los locales comenzaron mandando sobre el terreno en busca del gol que les diera la tranquilidad. Fruto de ese dominio inicial fue el primer tanto de Camacho, que se aprovechó de un rechace para marcar a placer.
Los chavales de Esteban se repusieron al mazazo del gol y se emplearon a fondo para conseguir la igualada. En apenas cuatro minutos (del 24 al 28) el Zalamea de dio la vuelta al marcador ante el estupor del conjunto local. La pareja letal formada por Portu y Pirulo propiciaron con sus tantos la ventaja en el marcador.
El último cuarto de hora del primer periodo fue frenético, con llegadas claras al área donde el Zalamea, unas veces por aciertos del guardameta local Javi, y otras veces por la mala puntería de los atacantes, no supo sentenciar el encuentro antes de que finalizara la primera parte.

En la continuación el equipo repilense salió dispuesto a empatar. Y fruto de su insistencia y del repliegue visitante, a los pocos minutos, llegó el gol del inspirado Camacho. Al igual que ocurriera en la primera mitad, el Zalamea comenzó a desplegar un gran juego ofensivo, y como consecuencia de un contragolpe, Marco, estableció el 2-3 cuando corría el minuto 63 de partido.
Con el marcador en contra el equipo local se fue tumba abierta al ataque, lo que propició numerosos contraataques zalameños que no supieron materializar; y claro está, el que perdona, lo termina pagando. Así las cosas, a siete minutos del final, ¡Cómo no Camacho!, se encargó de establecer el resultado que ya sí sería definitivo de empate a tres.