Una lengua de fuego se aproximó amenazante aun lugar conocido como “El Coscojal” donde hunde sus raíces centenarias el viejo acebuche. Quedó al borde, como un faro de verdor contemplando las ennegrecidas tierras de Berrocal calcinadas por el incendio mas terrible que han sufrido nunca los bosques andaluces.
La Hermandad de San Pedro de Marigenta impulsó esta iniciativa; luchar contra el fuego, acompañar a los vecinos afectados y promover el espíritu ecologista en la zona.
Este portentoso acebuche que sobresale por sus más de 6 metros de perímetro de tronco mediados a 1,30 del suelo y 12 metros de altura, se encuentra enclavado en la denominada Sierra del Águila, más concretamente en la finca El Espinillo. El interior del árbol se encuentra hueco y el paso de los años ha provocado que el fuste se divida en dos hasta llegar a la peana, hecho que le confiere un aspecto aún más anciano.
Este coloso zalameño, con 279,60 metros cuadrados de proyección de copa, fue declarado recientemente Monumento Natural por la Junta de Andalucía, pero para los vecinos de la zona y los damnificados del fuego, lejos de condecoraciones institucionales, se ha convertido en un icono que representa la lucha por los derechos del campo y sus usuarios.
La jornada del sábado organizada por la Hermandad de San Pedro de Marigenta, con la colaboración de los ayuntamientos de Zalamea la Real y El Berrocal, tiene como proyecto premiar a las instituciones, personas o asociaciones que más hayan contribuido a mejorar el Medio Ambiente en la Cuenca Minera. “Acebuche Milenario” será el galardón que se le entregará a los premiados cada año en el acto junto al árbol.