miércoles, 24 de octubre de 2007

La “Tertulia Zalameña” de los Jueves en Sevilla

Hace unos diez o doce años que comencé a frecuentar las reuniones que un abigarrado grupo de zalameños tenían en el antiguo cine Llorens en la calle Sierpes de Sevilla.

De aquel grupo hoy ya no quedamos nada más que un par de ellos. Yo era de los más jóvenes, y hoy del nuevo grupo soy un coetáneo del resto de los componentes de este remozado grupo, si exceptuamos al señor que se apoda “Jaulita” o el señor Villadeamigo, farmacéutico e hijo del doctor Villadeamigo, que residía en la casa del desaparecido Manuel, a quien apodaban “El Pollo”, en nuestra Zalamea.

Eran muy curiosas las primeras reuniones, cuando comencé a frecuentarlas, y a las que acudía de vez en cuando nuestro amigo Luis, “el niño de la Mariquita Contreras”, para los amigos “El Mariquitoso”, que aprovechaba cualquier gestión que tuviera que hacer en la calle, o se inventaba, para acudir aunque fuera un ratito. Decía que eran muy curiosas mis primeas reuniones porque los “tertulianos” primeros me contaban cosas de su niñez y juventud en la Zalamea de la que tuvieron que salir algunos de ellos después de la guerra buscando el pan que allí no encontraban, y otras razones que no voy yo a contar en este escrito.

También me contaban cosas curiosas de personas, que por mi edad no podía conocer y me las situaban en tiempo y lugar. Así supe cómo se construyó el teatro, cosas que se guardaron en sitios estratégicos de este teatro para que otro día fueran encontradas por generaciones que vendrían detrás de ellos.

Muchos de éstos zalameños ya nos visitan, los jueves, desde el más allá. De otros hemos perdido el contacto por culpa de enfermedades, alzhéimer en sus principios, y sus hijos no se arriesgan a dejarlos venir solos a la tertulia.

Yo quisiera recordar sus nombres mas escribiré con el que se les nombraba, aunque sea su mote. Recuerdo el día en que me presentaron al Sr. Lorenzo, maestro de escuela, Giordano, Mariscal, Jaulita, Morón, Mantero (el sacerdote), Peñita (según comentaban habría sido una gran figura del futbol, creo que hasta jugó en el Recreativo…) sé que se me han pasado otros nombres a los que pido me perdonen si aun están entre nosotros y leen estas líneas.

Al irse “marchando” estos mayores, gente nueva comenzó a acudir casi asiduamente a los encuentros de los jueves, y compartieron tertulia con algunos de los antiguos; así acudieron nuestro desaparecido recientemente Juan José, el Polaka, José miguel el de la Pura, Ramón Somalo (también fallecido), Mané, Luís Lancha (ya asiduo), y de forma esporádica Fermín Perea, Salvador Perea, Antonio el Lobito y algunos más, si por circunstancias del trabajo pasan cerca, y se llegan a echar “una hebra”. De vez en cuando nos visita José Luis, el de Arenas, cuando el trabajo lo echa por estas latitudes,Narciso, Carlos Barrera… Alguna que otra vez nos ha visitado don Manuel García Gil, para los amigos “El Patita” que se desplazaba expresamente desde Zalamea para echar el rato con nosotros.

Cuando algún jueves solamente estamos dos o tres en la tertulia me acuerdo de las palabras de Morón, y de sus llantos al decirme “niño no dejéis que esta tertulia se pierda pues es el único nexo que nos queda de nuestra querida Zalamea”. Era así, ya que por los que con más frecuencia íbamos al pueblo les traíamos noticias de cuanto acontecía, fallecimientos, bodas, (“cosas raras”, separaciones…) en fin las cosillas que ocurren en todos los pueblos desde que el mundo es mundo.

En estos últimos días hemos comentado el viaje que, con muchos hoy ya desaparecidos, hicimos a Zalamea para visitar el pueblo de sus amores, recordar rincones de su niñez…, fuimos recibidos por la Junta de Gobierno, en aquellos momentos, de la Hermandad de San Vicente y d. José Ruiz Mantero celebró una misa de acción de gracias por haber podido volver a visitar el pueblo, ya que había gentes que no habían vuelto al pueblo desde que salieron siendo niños, y ya no les quedaban familiares con los que relacionarse, hubo hasta quien se llegó a visitar la casa donde vivió de niño. Al final tuvimos una comida en el Hogar del Pensionista y regresamos a Sevilla.

Sirvan estas líneas como recuerdo para aquellos ZALAMEÑOS, que entre aquellas cuatro paredes del Llorens recordaban con cariño el rincón de nuestra Andalucía donde por primera vez vieron la luz del sol, y que por causas, que yo ya he olvidado, tuvieron que dejar y hoy reposan lejos de ella… SU ZALAMEA. He sabido que las cenizas de algunos de estos zalameños si reposan por los alrededores del pueblo.

Pastor, Sevilla, en octubre del 2007.