lunes, 29 de octubre de 2007

El Zalamea superado en todo menos en el marcador

El Cerreño con muy poco fútbol, mostró todas las carencias del Zalamea, un equipo desquiciado y sin patrón de juego. Juan Centeno, el mejor del partido, salvó los muebles con grandes intervenciones.

En la tarde de ayer, al Zalamea se le presentaba una buena oportunidad de lograr una victoria ante su público. El Manuel Perea Anta, en tarde agradable y soleada, presentó una buena entrada.

La primera mitad transcurrió con pocas oportunidades a destacar; las defensas se imponían a los tímidos escarceos ofensivos. La falta de pegada es un problema que se viene repitiendo desde hace ya unos años, y por lo visto en el arranque de temporada, nuestro conjunto sigue teniendo las mismas carencias.

El Zalamea, con más corazón que cabeza, se acercaba al área visitante con cierto peligro y a base de colgar balones. En una de esas, en el minuto 30, Miguel del Toro recortó a su marcador y a la media vuelta puso el balón en la escuadra del meta Fuly, que ante su estirada no pudo evitar que el esférico besara las mallas.
El Cerreño, herido en su orgullo, tuvo una clara ocasión de poner las tablas en el marcador dos minutos más tarde, pero Centeno, con dos prodigiosas intervenciones consecutivas, logró levantar al público de sus asientos y llevarse al vestuario la momentánea ventaja en el marcador.

Nada más comenzar la segunda parte, el Zalamea baja la presión de la primera mitad y el Cerreño se lanza al ataque. Tras varios acercamientos con peligro, Rúa en el minuto 58 se va por la banda y ante la salida del portero local le bate por bajo.

Tras el empate, los jugadores locales se descomponen y se muestran inseguros sobre el campo. Como consecuencia de ello, tres minutos más tarde de la igualada y tras un saque de esquina, José Mari logra el 1-2 tras rematar de cabeza libre de marca dentro del área chica. Son los mejores momentos del cuadro visitante, que sigue creando ocasiones para ampliar el resultado, pero unas veces por Centeno y otras por el infortunio, evitaron que aumentaran la ventaja.
El Zalamea se mostraba inoperante, tan sólo la verticalidad y el desborde de Pirulo se antojaba como peligro.

En el 75, llegó la jugada del empate definitivo, 2-2. Rubén, jugador que hacia su debut con la camiseta roja tras venir cedido por el Dos Hermanas, lanzó una falta desde la frontal del área, colándose como un obús en la portería visitante.
Tras el empate los nervios afloran en el graderio de fondo, donde tuvo que intervenir la Guardia Civil. En el terreno de juego las entradas se endurecen y como consecuencia de ello, el Zalamea se queda con un jugador menos al ser expulsado Portu.
El Cerreño, con un jugador más en el terreno, pone cerco a la meta de Centeno, aunque el Zalamea también genera peligro a la contra, lo que hace que los últimos minutos se vivan con mucha intensidad.

En el minuto 81, llegó la jugada del partido. El colegiado se atrevió a pitar, por indicación del linier, un penalti inexistente. Totalmente incomprensible la reacción del linier, ya que se atrevió a señalar como penalti una mano involuntaria dentro del área local (el brazo estaba pegado al cuerpo). El colegiado, que no señalo la pena máxima, le hizo caso al auxiliar de banda y tras una consulta señaló el punto fatídico.
Tras las infructuosas protestas locales, el árbitro manda lanzar a Rúa el penalti, pero Centeno con una gran intervención logra interceptar el disparo, evitando la derrota y llevando el delirio a la afición.

Los minutos pasan y el marcador ya no se movería. Reparto de puntos entre un Zalamea en construcción, y un Cerreño que no aprovechó la superioridad tras quedarse el zalamea con dos jugadores menos.