Solemne bohemia de figura desgarrada, cordura sujeta a los aires que la peinan, artista de artistas que inspira la quimera de la savia. Figura emergente de historias y pasados que la esculpen y la juzgan. Como surgida de sus propias cenizas perdura en el estío de los tiempos, contemplando su propia obra, de la que se siente orgullosa y campante. Su lienzo se llena cada día de vida, mezclando e infiltrando la luz de mil grafías distintas. Sorolla de contraluces al poniente que le dan silueta y garbo, mostrándose coqueta y zalamera al transito del astro que la moldea.
Contemplativa de los entornos que la encaraman en su peregrinar de generaciones y paseos. Condescendiente a las miradas que no la saben entender, porque de ella no va ha brotar una razón para dar explicación a su existencia.
Vecina madura de belleza impoluta, que con gran humildad se alimenta de la esencia de su tierra, donde se ha dado el gustazo de echar sus raíces.
Contemplativa de los entornos que la encaraman en su peregrinar de generaciones y paseos. Condescendiente a las miradas que no la saben entender, porque de ella no va ha brotar una razón para dar explicación a su existencia.
Vecina madura de belleza impoluta, que con gran humildad se alimenta de la esencia de su tierra, donde se ha dado el gustazo de echar sus raíces.