jueves, 23 de octubre de 2008

La FOE respalda el proyecto de Emed Tartessus para reabrir la mina

La Federación Onubense de Empresarios ha mostrado su respaldo al proyecto de la empresa Emed Tartessus para reabrir las minas de Riotinto, al entender que vendría a reactivar no sólo el sector minero en particular sino la economía de la comarca de la Cuenca Minera en general.


Así se ha puesto de manifiesto en el transcurso de un encuentro que representantes de la empresa minera Emed Tartessus, encabezados por el presidente y el consejero delegado, Guillermo Gutiérrez y Bill Enrico, respectivamente, acompañados por Harry Anagnostaras, consejero delegado del grupo Emed Mininig, con el presidente de la FOE, Antonio Ponce y otros miembros de la FOE.

El apoyo del empresariado a este proyecto minero se materializará en el desarrollo de una serie de acciones encaminadas a facilitar a la empresa la puesta en marcha de su iniciativa.

Los directivos de Emed Tartessus consideran factible la reapertura de la mina de Riotinto abogando en un apoyo sólido de los accionistas del grupo Emed Mining, en la excelencia de los empleados y contratistas locales y en una evaluación financiera robusta.

El inicio de la explotación minera del yacimiento más grande de España supondría, según está recogido en este proyecto, unos beneficios económicos muy importantes para la Cuenca, pues aumentaría de forma considerable la tasa de empleados, conllevaría importantes colaboraciones en las acciones de fomento del turismo, incremento del PIB local y contribución positiva en la esfera cultural al poder llevarse a cabo un intercambio cultural con el pueblo Broken Hill en Australia.

Un proyecto, según la FOE, que supone "una apuesta segura", por la capacidad técnica y financiera del propietario-operador, por la comprobación por expertos internacionales de los avales de las presas, por la protección de los derechos de los futuros empleados, por facilitar el establecimiento de otras empresas en la comunidad y por la transparencia en el control medioambiental implicando a la comunidad y a las autoridades reguladoras.

En suma, entiende que "sería un revulsivo económico y social reiniciar y poner en funcionamiento las nuevas instalaciones mineras si se tiene en cuenta que actualmente la Cuenca Minera se puede catalogar como deprimida, con síntomas como el desempleo, la migración y el envejecimiento de la población".