viernes, 28 de julio de 2017

Misa en acción de Gracias y posterior verbena en el barrio del Santo y Patrón de Zalamea



VI Festival flamenco de Zalamea la Real

Zalamea la Real, acogerá el próximo mes de agosto su VI festival flamenco con un cartel de altura.

El Ayuntamiento de Zalamea la Real ha organizado un año más, su Festival Flamenco que cada año se celebra en el mes de agosto para congregar lo más granado del panorama artístico concerniente con el flamenco y su cultura en general. Este año cabe destacar la presencia de tres artistas consolidados y de prestigio; Andrés Cano “EL MONTERO”, Manuel Cuevas y Antonia de los Santos subirán al escenario del Paseo Redondo para deleitarnos con su arte.


JUEVES 10 DE AGOSTO – PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN.

El Festival se abrirá, como viene siendo costumbre, con su faceta didáctica. En esta ocasión se proyectará Flamenco, Flamenco un documental de Carlos Saura donde se analiza los diversos géneros del arte flamenco en una película que permite a los espectadores de todo el mundo disfrutar de este arte, a través de músicas, bailes y cantes de incomparable belleza. El lugar elegido para su proyección es la Plaza de la Constitución. 22;15 horas y con entrada gratuita.


VIERNES 11 DE AGOSTO – PASEO REDONDO.

Elenco de artistas que actuarán en esta emblemática plaza zalameña desde las 22:30 horas.
Andrés Cano “EL MONTERO”, natural de Aznalcollar (Sevilla) bebe de la sabiduría flamenca de sus antecesores. Su afición a la caza y en especial a las montería, le dan el nombre artístico con el que hoy se conoce en la gran geografía del Cante Jondo.

Con catorce años comienza su andadura por la música con el grupo de sevillanas y rumbas “Aires de Primavera”. Con ellos graba tres discos de larga duración y recorren parte de la geografía nacional. Más tarde formara parte del grupo onubense de Paterna del Campo “Voces Campesinas”.

Pero será el flamenco más puro con el que “EL MONTERO” coseche sus mayores éxitos.
Participa en varios concursos de flamenco, obteniendo premios como:
  • Al mejor cante por Solea, en Valenciana (Sevilla)
  •  Premio por Fandangos, en Fuente de León (Badajoz).
Ha participado en numerosos festivales flamenco en los que comparte tablas con voces tan importantes cono José Menese, Aurora Vargas, Luis de Córdoba, El Lebrijano Teatro de Castilblanco de los Arroyos. Comparte escenario en varias ocasiones con El Cabrero, con el que pone escena en los años 2002-2003 el espectáculo “Un abrazo por Fandangos”. Con este lance recorren toda la esencia del Fandango Onubense, ofreciendo así un homenaje a uno de sus mayores exponentes, “Los Hermanos Toronjos”.

Manuel Cuevas, natural de Osuna, empezó a trabajar como albañil y en el campo. Pero con 18 años decidió que lo suyo era el cante y que, además, era especialmente bueno con las saetas. Ha cantado en festivales flamencos pero también en otros solidarios. Y ha emocionado con su voz en su Osuna natal, en Málaga y también en Sevilla. Especialmente recordada es su saeta de 2013 a la Macarena en la Campana. «El revuelo que, a continuación, se formó, es algo que nunca hubiese imaginado y que siempre recordaré y tendré muy presente», recuerda.

Por delante de la saeta a la Macarena quedará la de esta Semana Santa 2015 a la Virgen del Rocío de la hermandad del Beso de Judas. No tanto por la imagen o el lugar sino por el espectador de excepción: el Rey Don Felipe.

Al baile nos deleitará el Cuadro Flamenco dirigido por la Academia de Antonia de los Santos, primer premio en ‘Al Compás de Sevilla’ este año 2017 en su modalidad de cadetes. Una prestigiosa bailaora reconocida como embajadora cultural por la Unión Europea; que trabaja de forma incansable por cultivar la expresión del baile en todas sus facetas y que no deja de innovar para llegar a lo más alto.

ENTRADAS A LA VENTA EN EL AYUNTAMIENTO. (De 09:00 h. a 13:30 h.)

Las entradas para asistir al Paseo Redondo el viernes 11 de agosto están desde esta semana a la venta en el Ayuntamiento de Zalamea la Real con un coste idéntico al que tendrán en la misma taquilla del evento una hora antes del comienzo; 8 euros.

¿ Hombres feministas ?

Es posible que ser “hombres por la igualdad” (HX=) nos haga feministas, pero llamarnos
“hombres feministas” ni siquiera nos hace hombres por la igualdad.
Comparto la necesidad de incorporar la opresión de los hombres por parte del Patriarcado al análisis del mismo que se hace desde los feminismos, y veo la importancia que esta opresión tiene en las políticas públicas que es necesario impulsar, especialmente en el ámbito de la educación y de la prevención de riesgos; pero no participo de la necesidad de compartir el adjetivo “feminista”, que tanta historia atesora en el movimiento de mujeres, ni veo la necesidad de reivindicar nuestro protagonismo en una historia y unos cambios sociales de los que llevamos tan poco tiempo participando.

Creo firmemente en que cualquier mujer tiene derecho a reivindicarse como feminista (aunque ese derecho no la exima de considerar que no basta con ser mujer); pero, con la historia que arrastramos, me parece razonable exigir que los hombres sí tengamos que demostrar hasta qué punto somos igualitarios antes de que algunas feministas nos reconozcan como parte de su movimiento de liberación. Sé que los HX= hemos tenido que soportar que otros hombres, a los que a veces hemos considerado amigos, nos llamen quintacolumnistas por defender las reivindicaciones del movimiento de mujeres y oponernos a los privilegios masculinos, al mismo tiempo que algunas feministas nos vean como a uno de esos muchos semblantes con los que el Patriarcado demuestra cada día su tremenda capacidad de adaptación a los cambios, logrando que parezca que todo cambia para que todo siga igual.

También he visto que, a fuerza de coherencia en nuestra lucha contra las violencias machistas y los privilegios masculinos, hemos conseguido en unas pocas décadas ir venciendo las resistencias y desconfianzas de aquellas feministas que nos veían como a los mismos perros con distinto collar. Hemos logrado que muchas feministas nos reconozcan como una novedad histórica porque, sin negar nuestra pertenencia al colectivo que disfruta del poder Patriarcal, los HX= hemos declarado nuestra disposición a renunciar a nuestros privilegios y estamos dando pasos en ese sentido. Con ello hemos
conseguido que muchas feministas nos reconozcan como actores permanentes y necesarios que han llegado para quedarse; hemos conseguido que se planteen el lugar que ocupamos en la lucha por la igualdad y el tipo de relación que quieren tener con nosotros. Hoy son mayoría las que nos ven como cómplices del feminismo, y cada vez son más las que nos consideran sus aliados; este proceso de confluencia a largo plazo es de lo más prometedor, porque un cómplice suele compartir objetivos y
a veces llega a ser colaborador necesario, pero siempre es un actor secundario, mientras que un aliado suele ser una suerte de socio con quien es necesario contar, hablar y llegar a acuerdos, en una relación que, aunque no sea entre iguales, es casi de tú a tú. Este diálogo ha dado lugar a cierto reparto de papeles, no siempre explícito, por el que los HX= siempre hemos reconocido que las feministas lideran el cambio social mientras que nosotros dedicamos la mayor parte de nuestras energías
a convencer al resto de los hombres de la necesidad de que se incorporen al mismo.

Nuestro movimiento no ha crecido tanto como para pensar que sea necesario alterar el equilibrio logrado. Tampoco debería ser necesario recordar que los HX= seguimos teniendo dificultades para ver muchos de los privilegios que tenemos más naturalizados, porque hemos sido socializados en el machismo y la misoginia, y porque en nuestra vida cotidiana no solemos ser tan coherentes como en nuestros discursos. Los HX= pagamos un precio por alejarnos del modelo hegemónico de masculinidad, pero sería abusivo decir que hayamos sufrido el machismo y la misoginia, que hayamos tenido que soportar lo que la mayoría de las mujeres: que se nos deje de escuchar por ser mujeres, que se nos haya agredido sexualmente hasta en el autobús, que nos hayan enseñado la polla por la calle… Sabemos además que necesitamos mantenernos siempre en guardia, ser permanentemente críticos con lo que decimos, con lo que pensamos y con lo que hacemos, porque seguimos perteneciendo al grupo de los opresores, seguimos disfrutando de los privilegios estructurales que dependen de la pervivencia del Patriarcado y seguimos siendo vistos como
agresores potenciales en muchas situaciones cotidianas.

Por todo esto me cuesta llamarme feminista, y porque me siento cómodo tratando de asumir la responsabilidad que supone seguir experimentando nuevas formas de deconstrucción de la masculinidad, visibilizando algunos de los inconvenientes que se derivan de convertir la masculinidad en el referente de la igualdad entre los sexos, y procurando consolidar un discurso capaz de contrarrestar la influencia neomachista (que aspira a convencer a los sectores más
vulnerables de que pueden compensar su pérdida de poder real incrementando el poder de los hombres sobre las mujeres).

No quisiera llegar a confundir los derechos de las feministas con los nuestros. Por eso, y por mucho que me halague que una feminista me considere o me presente como feminista, no me siento legitimado para reivindicar que se me
reconozca como tal. 

José Ángel Lozoya Gómez