Las IV Jornadas Musulmanocristianas concluyeron marcadas por una intensa actividad y por las altas temperaturas alcanzadas durante todo el fin de semana en Zalamea la Real.Tras un comienzo de semana, donde el protagonismo estuvo enfocado en la cultura y las artes; el fin de semana dio protagonismo a la fiesta pagana por las calles céntricas del pueblo. La iniciativa, que desde la asociación Citus Jara, han tenido para que los zalameños y zalameñas montaran sus propias jaimas, tuvo su repercusión durante las jornadas de este año, y fueron muchos los que disfrutaron de esta nueva iniciativa durante buena parte de 
la semana.
El Paseo Redondo fue, un año más, el icono de las Jornadas, donde gracias al excelente trabajo y dedicación de los miembros de la asociación, el público asistente a los espectáculos se sintieron cómodos y satisfechos con su estancia en esta histórica plazoleta zalameña. Espectáculos de calles con animación musical, danza y fuego; venta y muestras de productos de artesanía en el Mercado Medieval, bailes árabes de los niños y niñas del pueblo, actuación en directo del grupo celta “Cuernos de Cabra”; y música hasta el amanecer; todo un compendio de actividades lúdicas a disposición de un publico que se mostró ávido de unas jornadas que cada año que pasa la ostentan como más suya.
La Plaza de Toros se convirtió en el centro de las diversiones más sorprendentes dentro de las actividades de la semana. Tras el tradicional ajedrez humano, que este año ha contado con un espectáculo audiovisual; vinieron dos acontecimientos que hicieron las delicias del público asistente al coso zalameño. El Torneo Medieval que este año han diseñado desde la asociación zalameña alcanzó cotas muy altas, tanto por la organización y ejecución del evento, como por la actuación de los caballeros participantes, el listón está muy alto para años venidero
s.
El sábado por la tarde tuvo lugar, desde el albero de la Plaza de Toros un espectáculo de cetrería; el arte de criar y entrenar a las aves rapaces para la caza de voltería (Perseguir la presa en el aire hasta derribarla o matarla). Los vuelos rasantes entre el público sorprendieron al numerosísimo publico que coparon las gradas de sombra, así como la maniobra sorprendente de una de las rapaces que desorientada abandonó el coso y se escapó libremente de su dueño para sobrevolar Zalamea. Por la noche tubo lugar, tras los talleres infantiles, el esperado concierto de Cuerno de Cabra desde el escenario de El Paseo Redondo; culminando unas jornadas de gran hiperactividad, donde han tenido cabida todos los zalameños y zalameñas, así como los visitantes que han querido participar o disfrutar de ella.
