Más de cien años dan nombre y apellidos a una festividad arraigada en el programa cultural zalameño; Santa Marina es más que una simple fiesta veraniega, se ha convertido por su idiosincracia en un encuentro con nuestro pasado, una costumbre que se muestra orgullosa en sus conceptos más primitivos alejados de vanguardias y estridencias populistas. Íntima y cercana, la fiesta de El Villar es una especie en extinción que hay que mimar y cuidar para que perdure en el tiempo; es de esas fiestas que tienen muy poquitas cosas que modificar en su programación anual, una orquesta en el centro del pueblo y bailes hasta el amanecer; que bien pueden ser en conjunto o pegados, como marcan los cánones de los romances que marcan su sello para la eternidad.
La Concejalía de Cultura ha dispuesto, para este año, unos autobuses que desplacen a todas las personas que lo requieran a disfrutar en la noche del sábado en El Villar. Iniciativa que se veía necesaria en los últimos años, debido a las reticencias que presentaban los zalameños/as a la hora de desplazarse con sus vehículos hacia la fiesta.
De esta manera no tendrán problemas en disfrutar en plenitud el sábado de Santa Marina en El Villar. Para la ocasión se han dispuesto dos horarios nocturnos a distintas horas. Las salidas se realizarán desde el Pilar que se encuentra en la calle Las Fuentes; una a las 00:00 horas y otra salida a las 01:00 horas. La vuelta desde la aldea también contará con dos horarios distintos en la madrugada; una a las 03:30 horas y otra a las 05:00 horas.