Fin de curso y fiesta para celebrarlo; bonita la tarde la de ayer, para que los niños/as convivieran con sus padres y familiares en el colegio, que durante un año ha tenido como meta principal la educación de base. Al llegar al recinto deportivo sorprendía la cantidad de público que había para contemplar el espectáculo infantil, las gradas y alrededores presentaban un lleno absoluto, y el calor que se hacía llegar desde las gradas se contagió en los pequeños artistas para dejar todo su encanto sobre las tablas.
Ellos eran los protagonistas de la tarde y así se quiso escenificar con el excelente trabajo, que cada año, hacen los maestros del centro educativo zalameño.
Generación tras generación han ido participando de las actividades culturales, haciendo que el Colegio Público San Vicente Mártir sea un centro querido por todos los zalameños que han pasado por sus aulas. Alumnos que, sentados en las gradas ayer por la tarde, grababan con sus cámaras el reflejo de su infancia más tierna, plasmada en la felicidad de sus hijos sobre el escenario.