Lentos y cadenciosos, se nos presentaban los primeros días de otoño del pasado 2006. En su deambular por la historia, Zalamea, seguía quemando etapas e incorporándolas a sus páginas milenarias. Era época de tranquilidad, en la que el pueblo, tras un movido verano, se envolvía en una especie de velo en el que su caminar se ralentizaba. Días más largos y frío entrante. Un pueblo que se despojaba de sus ropas de verano y nos invitaba a caminar de retorno hacia dentro. Un empezar de nuevo tras los días de diversión que nos había proporcionado la Feria… El ciclo se ponía de nuevo en marcha y los zalameños nos entregábamos de nuevo al ritual armonioso que nos deparan los cambios estacionales y que se presenta de forma más apreciable con la entrada del Otoño.
La calma había entrado por las Tres Casas y el pueblo procedía a entrar en esta especie de letargo. Los emigrantes ya nos habían abandonado en septiembre. Tocaba el turno ahora de los estudiantes, que enfilaban su camino hacia el futuro. Los hogares se convertirían en destino de la vida cotidiana. El buen tiempo abandonaba las calles y las calles eran abandonadas por los zalameños…. En esta época de estío, mientas las hojas de los árboles se daban al vuelo emulando la manzana de Newton, un grupo de jóvenes zalameños empezaban a rumiar ideas. Las tardes eran largas y el ingenio despertaba ante tanto tiempo libre. En una de estas, nació La Otra Mirada, una especie de embrión que se presentaba al pueblo en un medio limitado. Sin pretensiones de ningún tipo, se concibió como un blog entre amigos, de forma que pudiéramos estar informados de algunos aspectos que nos pasaban desapercibidos en aquellos lugares, donde por trabajo o estudios, residíamos gran parte del año. Tintas verdes y amarillas sobre un cuarto de papel, para disminuir costes, nos presentaron al pueblo. El proyecto comenzó a germinar y sin darnos cuenta empezamos a recoger frutos en la estación donde el ciclo de la vida toma la dirección contraria. Teníamos por fin nuestra idea hecha realidad. Nuestro Diario Digital daba los primeros pasos. Con el tiempo dejó de ser nuestro, y se convirtió en el Diario de los muchos usuarios que lo utilizaban. Entraban en liza la parte más preciada de Zalamea… la otra mirada: Sus lectores. En un medio sin capacidad de financiación, éste se convertiría en el tesoro más preciado. Ésta era nuestra remuneración a fin de mes…
En un principio puede que nos gustase escribir. Puede también que estuviésemos ante un juego en el que nos metíamos en el rol de periodistas (no lo somos, más bien testigos que cuentan los acontecimientos en la medida de sus limitadas posibilidades) Lo cierto es, que ante la llegada de tal número de visitas, estas causas quedaron en un segundo plano. Surgía ante nosotros la necesidad de informar. De no fallar a estas personas que habían confiado en nosotros. Que incluso se habían convertido en la publicidad más valiosa, al trasladar a sus conocidos la existencia de estas páginas. Con el tiempo, pudimos combinar ambas facetas. Hacíamos algo que nos gustaba y a la vez dábamos un servicio a todos los zalameños del pueblo y a aquellos que se encontraban disgregados a lo largo de los puntos cardinales. Y el Diario siguió creciendo… Y nuestra satisfacción le acompañó en aumento… Y con el tiempo, llegó el pasado lunes 11 de Septiembre. Este día, tras la culminación de la Feria, la sorpresa nos abordó de nuevo. Tras un verano en las que las estadísticas se habían resentido con respectos a la de meses anteriores, pudimos comprobar, que era la propia estación la que había generado esta disminución. El clima benigno, el ocio y el disfrute parece que están reñidos con la utilización de internet. Salimos más, estamos más tiempo disfrutando en nuestras calles…Las cifras habían descendido, pero a pesar de esto, seguían mostrando un gran número de accesos a nuestro Diario, sobre todo para un pueblo con el número de habitantes que tiene Zalamea. Septiembre, sin embargo, cambió la tónica y trajo a nuestras páginas a un gran número de visitantes. Incluso durante el desarrollo de la Feria, ya que normalemente en las épocas de celebración zalameñas, la gente participa en estos acontecimientos postergando el uso del Diario, para fechas posteriores. Esta disminución se pudo comprobar en Semana Santa. También sucedió en el Romerito. Sin embargo , La Feria cambió esta tendencia desembocando el día 11 de Septiembre, en la jornada de mayor uso de nuestro Diario Digital en su casi año de existencia. Unos 593 usuarios únicos, procedieron a visitar en 1683 ocasiones, las páginas de nuestro blog. Para hacernos una idea, estas cifras pueden corresponder con el número de visitas que otras muchas páginas de información rural solo tienen al cabo de un mes. Y aunque estas visitas, sean de pasada. Aunque muchas veces no se proceda a la lectura de todas las noticias, para nosotros, la redacción de la Otra Mirada, esto supone una gran satisfacción. Nuestro trabajo, en cierto grado gira en torno a los números. Además de nuestro gusto por hacerlas, son los números los que nos proporcionan la ración diaria de satisfacción. De comprobar que estamos haciendo un trabajo bien hecho dentro de nuestras limitaciones. De saber que todo el tiempo que dedicamos al Diario, no cae en dique seco. De conocer que todas las dificultades por la que pasamos tiene alguna razón de ser. Son por tanto estos números los que nos hacen acercarnos a la realidad de la difusión de este Diario. Por ello, estos números se convierten en nuestra guía, pero solo y simplemente solo porque tras estos números se esconden la auténticos protagonistas del Diario: zalameños y zalameñas, personas físicas con nombres y apellidos que han optado por prestarnos un poco de su atención y sin cuya participación posiblemente este Diario no existiría. Gracias Zalamea. Gracias a los números que nos guían. Por tanto, gracias zalameños allí donde os encontréis.
La calma había entrado por las Tres Casas y el pueblo procedía a entrar en esta especie de letargo. Los emigrantes ya nos habían abandonado en septiembre. Tocaba el turno ahora de los estudiantes, que enfilaban su camino hacia el futuro. Los hogares se convertirían en destino de la vida cotidiana. El buen tiempo abandonaba las calles y las calles eran abandonadas por los zalameños…. En esta época de estío, mientas las hojas de los árboles se daban al vuelo emulando la manzana de Newton, un grupo de jóvenes zalameños empezaban a rumiar ideas. Las tardes eran largas y el ingenio despertaba ante tanto tiempo libre. En una de estas, nació La Otra Mirada, una especie de embrión que se presentaba al pueblo en un medio limitado. Sin pretensiones de ningún tipo, se concibió como un blog entre amigos, de forma que pudiéramos estar informados de algunos aspectos que nos pasaban desapercibidos en aquellos lugares, donde por trabajo o estudios, residíamos gran parte del año. Tintas verdes y amarillas sobre un cuarto de papel, para disminuir costes, nos presentaron al pueblo. El proyecto comenzó a germinar y sin darnos cuenta empezamos a recoger frutos en la estación donde el ciclo de la vida toma la dirección contraria. Teníamos por fin nuestra idea hecha realidad. Nuestro Diario Digital daba los primeros pasos. Con el tiempo dejó de ser nuestro, y se convirtió en el Diario de los muchos usuarios que lo utilizaban. Entraban en liza la parte más preciada de Zalamea… la otra mirada: Sus lectores. En un medio sin capacidad de financiación, éste se convertiría en el tesoro más preciado. Ésta era nuestra remuneración a fin de mes…
En un principio puede que nos gustase escribir. Puede también que estuviésemos ante un juego en el que nos metíamos en el rol de periodistas (no lo somos, más bien testigos que cuentan los acontecimientos en la medida de sus limitadas posibilidades) Lo cierto es, que ante la llegada de tal número de visitas, estas causas quedaron en un segundo plano. Surgía ante nosotros la necesidad de informar. De no fallar a estas personas que habían confiado en nosotros. Que incluso se habían convertido en la publicidad más valiosa, al trasladar a sus conocidos la existencia de estas páginas. Con el tiempo, pudimos combinar ambas facetas. Hacíamos algo que nos gustaba y a la vez dábamos un servicio a todos los zalameños del pueblo y a aquellos que se encontraban disgregados a lo largo de los puntos cardinales. Y el Diario siguió creciendo… Y nuestra satisfacción le acompañó en aumento… Y con el tiempo, llegó el pasado lunes 11 de Septiembre. Este día, tras la culminación de la Feria, la sorpresa nos abordó de nuevo. Tras un verano en las que las estadísticas se habían resentido con respectos a la de meses anteriores, pudimos comprobar, que era la propia estación la que había generado esta disminución. El clima benigno, el ocio y el disfrute parece que están reñidos con la utilización de internet. Salimos más, estamos más tiempo disfrutando en nuestras calles…Las cifras habían descendido, pero a pesar de esto, seguían mostrando un gran número de accesos a nuestro Diario, sobre todo para un pueblo con el número de habitantes que tiene Zalamea. Septiembre, sin embargo, cambió la tónica y trajo a nuestras páginas a un gran número de visitantes. Incluso durante el desarrollo de la Feria, ya que normalemente en las épocas de celebración zalameñas, la gente participa en estos acontecimientos postergando el uso del Diario, para fechas posteriores. Esta disminución se pudo comprobar en Semana Santa. También sucedió en el Romerito. Sin embargo , La Feria cambió esta tendencia desembocando el día 11 de Septiembre, en la jornada de mayor uso de nuestro Diario Digital en su casi año de existencia. Unos 593 usuarios únicos, procedieron a visitar en 1683 ocasiones, las páginas de nuestro blog. Para hacernos una idea, estas cifras pueden corresponder con el número de visitas que otras muchas páginas de información rural solo tienen al cabo de un mes. Y aunque estas visitas, sean de pasada. Aunque muchas veces no se proceda a la lectura de todas las noticias, para nosotros, la redacción de la Otra Mirada, esto supone una gran satisfacción. Nuestro trabajo, en cierto grado gira en torno a los números. Además de nuestro gusto por hacerlas, son los números los que nos proporcionan la ración diaria de satisfacción. De comprobar que estamos haciendo un trabajo bien hecho dentro de nuestras limitaciones. De saber que todo el tiempo que dedicamos al Diario, no cae en dique seco. De conocer que todas las dificultades por la que pasamos tiene alguna razón de ser. Son por tanto estos números los que nos hacen acercarnos a la realidad de la difusión de este Diario. Por ello, estos números se convierten en nuestra guía, pero solo y simplemente solo porque tras estos números se esconden la auténticos protagonistas del Diario: zalameños y zalameñas, personas físicas con nombres y apellidos que han optado por prestarnos un poco de su atención y sin cuya participación posiblemente este Diario no existiría. Gracias Zalamea. Gracias a los números que nos guían. Por tanto, gracias zalameños allí donde os encontréis.