Naturaleza indómita, que desgarrando las formas construyes la esencia propia de tu existencia. En tu haber, la belleza innata de tu creación, capaz de resucitar del olvido figuras que emergen grandilocuotes desde sus cenizas, y que en su caminar hacia su destino, se topan con nuestro pueblo.
Embestidos por la adversidad, caminan sosegados, siguiendo los pasos que sus antepasados legaron sobre la tierra. No tienen motivo para proclamar su venida. Y se muestran como puros espejismos al caminante.
Ajenos al mundo que los rodea, enmudecen sus rugidos, subsistiendo impertérritos al acontecer diario, enclavando sus figuras a la contemplación de quienes lo divisan allí en el horizonte.
Embestidos por la adversidad, caminan sosegados, siguiendo los pasos que sus antepasados legaron sobre la tierra. No tienen motivo para proclamar su venida. Y se muestran como puros espejismos al caminante.
Ajenos al mundo que los rodea, enmudecen sus rugidos, subsistiendo impertérritos al acontecer diario, enclavando sus figuras a la contemplación de quienes lo divisan allí en el horizonte.